Por: Alfonso Vélez Jaramillo
Un asunto es expresar opiniones y, otra divulgar una información. Cada género tiene sus particulares característicos y sus propósitos, pero no deben confundirse.
El manejo de los temas de la reforma laboral, de la salud, del proceso de paz total, el proceso en el Consejo Nacional Electoral contra el presidente, dejan mucho que desear en los medios nacionales porque se siente que están desinformando con la información.
Al fin el CNE, es un organismo administrativo y el juez natural de un presidente en Colombia es la Comisión de Acusaciones de la Cámara.
Un ejemplo: La guerra frontal y descarada contra la reforma a la salud, cuyo punto central es quitarle el manejo de la plata pública a los privados, todos sin garantía para responder en caso de quiebra o intervención del Estado a las EPS.
Miren esta información: Hace dos meses, la Contraloría General de la República, aseguró que 26 EPS descarriaron recursos hasta por 6 billones de pesos solamente en el 2020. Además, se investiga sobre el destino de otros 5 billones que fueron gastados irregularmente los años siguientes.
Un Billón es un millón de millones de pesos o sea seis billones son seis millones de millones de pesos, los que se extraviaron, y el país con tantas necesidades básicas insatisfechas, ¡qué horror! Y vemos con descaro, en todos los flancos, gente defendiéndolos…
Como les parece esta aterradora noticia. Espantosa, mientras que miles de personas mueren cada día víctimas de los señores que se han llevado plata de la salud para otro lado.
Los muertos de la salud son como los muertos de la guerrilla, de los paracos, víctimas de la injusticia, no importa el medio sino el fin y su iniquidad.
Miren cuanto ha perdido el Estado por el robo de las EPS, son particulares manejando dinero de la salud e invirtiendo esos recursos públicos, que una vez les ingresan a sus cuentas se convierten en dinero privado e invierten en negocios particulares porque ya no tienen control fiscal directo, menos para cancelar sus obligaciones con las IPS públicas.
Con la reforma laboral si debo expresar que el Gobierno debe tener cuidado y no tratar a todos los empresarios con el mismo rasero, porque hay algunos muy grandes que, si pueden operar los cambios, porque tienen musculo financiero y asesorías especializadas para manejar y afrontar el tema.
Hay pequeños y medianos empresarios que podrían afectarse por el aumento de la carga prestacional y social, y más hoy día que, sin empacho, hay empresas medianas públicas y privadas con menos de 100 empleados, hasta con 10 sindicatos. Es asunto delicado.
A los fundadores de los sindicatos la ley les otorga y ellos gozan de los fueros y otras prebendas, todo por aquello de la libertad de asociación, del artículo 39 constitucional.
Todo esto nos da para decir que en un artículo de opinión el columnista, intelectual, dirigente cívico, político o empresarial, inclusive algún preocupado ciudadano, expresa sus puntos de vista y expone sus convenientes ideas a su manera, no necesita ser un sabio, para dar una opinión.
Quien lo escribe interpreta y comenta, inclusive, se atreve a aportar con su punto de vista una idea, suponiendo algo que probablemente sucederá y cuál sería su impacto que puede ser positivo y negativo.
En cambio, en la noticia, quien difunde debe respetar su pureza, sin contaminación, atendiendo las opiniones de las partes, buscando la verdad, es decir “no tragar entero”, ni ser caja de resonancia del funcionario.
Que cada quien se haga su propio juicio.
Por ejemplo, escucho con beneficio de inventario a los periodistas de radio y televisión nacionales, porque no hay que desconocer que tienen gente culta y enseñan muchas cosas, pero dejaron notar su interés.
Se les olvida que hay gente que sabe lo que sucede a su alrededor adentro y afuera de las instituciones de nuestro país.
La noticia la editorializan con un editorial tapado como noticia. Un editorial es un escrito en el cual el medio exterioriza su posición oficial sobre determinado asunto.
A muchos no les interesa, se hacen una idea por el injustificable interés de las cadenas y ahí en donde se nota la desinformación.
Da la impresión de una gran gavilla contra el gobierno, porque para ellos todo es malo.
En cada administración hay cosas buenas y malas. Algo que no me ha gustado es que el presidente Petro se deja sacar la piedra para que encaje en las contiendas mediáticas.
Se tiene en cuenta que esos grandes medios son la artillería moderna de los mismos propietarios de los grandes conglomerados económicos que históricamente manejan el statu quo y han escogido el presidente de la Republica y el legislativo, a su tamaño y amaño.
Por cuya razón, lea y escuche la información, analice el enfoque y hágase su propia idea, de acuerdo a su teoría política Estado y el sistema económico de su predilección, pero no se deje llevar por impulsos, no crea todo lo que dicen o como lo presentan, hágalo por Colombia.