Durante la semana anterior, el gobierno nacional presentó el proyecto Presupuesto General de la Nación para la próxima vigencia al legislativo, el cual presenta una incertidumbre sobre el panorama económico, por la disminución sucesiva de los recaudos tributarios que actualmente presentan las arcas nacionales. Hemos sido reiterativos desde esta casa editorial, que el accionar gubernamental ha sido incoherente en la aplicación de los instrumentos de la política económica que están generando una afectación negativa en los agentes económicos del país. Así el equipo económico del alto gobierno no lo quieran aceptar y los sectores políticos afectos al ejecutivo, el discurso hostil contra el sector empresarial del país que emprendió desde el momento de la posesión del primer mandatario de los colombianos, le han generado réditos negativos en la búsqueda de un equilibrio de las finanzas públicas del país. Recuerden que ellos pagan el 80% de los ingresos tributarios de la Nación y generan el 85% de los empleos del país. Por mantener esa actitud revanchista, se le han reducido los recaudos, que, para el final de año, superarán los 40 billones de pesos, de acuerdo con las proyecciones que han estructurado algunos centros de pensamiento económico del país. Esto es muy grave para la salud financiera de Colombia.
Lo anterior, necesariamente repercute para la estructuración y aprobación del nuevo Presupuesto General de la Nación para el 2023. Es la triste realidad. En dicho documento están plasmados las esperanzas del pueblo colombiano, para recuperar nuevamente el sendero del crecimiento de la economía que actualmente se encuentra de capa caída. El Congreso de la República tiene una alta responsabilidad, porque deben examinar con criterios técnicos y económicos, la actual coyuntura y la prospectiva económica que le deparan a las finanzas públicas nacionales. La proyección de $523 billones de pesos, presenta de entrada un déficit de 12 billones de pesos, que se aspiran a nivelar con la anunciada reforma tributaria, lo cual es incierto, dada la actual situación política que tienen las relaciones con las bancadas de la oposición. Es algo incierto. Mientras no se tomen decisiones para reducir los gastos de funcionamiento a través de una política de austeridad estricta y que se fortalezca más la inversión pública, buscando generar la recuperación del sector productivo del país, será muy difícil lograr estos objetivos macroeconómicos para el país.
Y no podemos desconocer el panorama de la seguridad nacional en los territorios. La creciente extorsión, secuestros, asesinatos selectivos, masacres, reclutamiento forzado de menores y ataques salvajes a las guarniciones militares, a la fuerza pública y a la población civil, están contribuyendo para que las organizaciones empresariales, se vean diezmadas para dinamizar el crecimiento económico en las regiones y por ende, en el pago de impuestos a la Dian. Las organizaciones narcoterroristas tienen la tercera parte del territorio nacional bajo su control.