A pesar de que se continúan las jornadas masivas de vacunación en el país, son preocupantes las cifras de contagios y de fallecimientos por causa de este mortal virus, que durante los últimos 8 días se han vuelto a incrementar en el territorio colombiano. La sociedad colombiana se sentía muy optimista porque se estaban reduciendo progresivamente los casos confirmados. Pero desafortunamente se empezó a generar una preocupación seria por parte de las autoridades sanitarias por los reportes diarios emanados por el Ministerio de salud. En solo una semana se duplicaron. No podemos bajar la guardia. No podemos relajarnos. Hemos sido muy insistentes en esta tribuna de opinión, que el virus no ha desaparecido. Está vivo.
En el boletín proferido el sábado anterior, la cartera ministerial encargada de la salud en el país, reportó 3.414 contagios y 43 personas fallecidas por Covid. Y eso que solo se procesaron 27.310 pruebas, de las cuales 15.930 corresponden a PCR y 11.380 a través de antígenos. En días anteriores, estas cifras superaban los 50.000. Así, la cifra histórica llegó a 5.121.668 y actualmente hay 16.203 casos activos, cuando ya habíamos llegado a los 12.000. Otro ingrediente que se suma a esta tragedia sanitaria que vivimos los colombianos, es la renuencia de muchas familias de acudir a la aplicación de estos biológicos. Creencias religiosas, noticias falsas que circulan en las redes sociales, están generando un ambiente de rechazo para someterse a estas jornadas de vacunación.
Pero, más del 80% de los infectados por Covid que han fallecido y que se encuentran en las salas de urgencias y UCI, no se encuentran vacunadas, donde se demuestra que la ignorancia es muy atrevida, así suene muy duro la utilización de este término en el presente escrito. Estamos expuestos, a esta irresponsabilidad de estas personas que rechazan el estado de inmunidad a la cual se quiere llegar.
Ahora, la presencia de la variante ómicron en Colombia, más que pánico debe motivar acciones generales para controlar al máximo su expansión. De hecho, esta situación era predecible, dada la veloz incursión de dicha variante en la mayoría de los países en el mundo, al punto de que en este momento pone contra la pared a las autoridades sanitarias de muchos lugares que, prácticamente, habían pasado la página de la pandemia y se aprestaban a recibir el nuevo año en un contexto casi de normalidad.
Tenemos que insistir en la vacunación. El éxito del Plan Nacional de Vacunación nunca se ha medido por el número de contagios, sino por la capacidad de reducción de hospitalizaciones y muertes. Eso lo hemos conseguido. El Covid sigue, pero estamos mucho mejor que hace un año. Que eso sea motivo para celebrar y para seguir cuidándonos.
