Nuevas políticas y acciones de sostenibilidad deben implementarse en regiones como Latinoamérica de cara a los problemas ambientales que enfrenta el planeta, incluso en sectores como la aviación. Y es que el futuro del sector podría encontrarse en riesgo, más allá de las deficiencias de infraestructura y del incremento en el tráfico aéreo después de la pandemia.
Romá Andreu, autor del informe Transporte aéreo y sostenibilidad de EAE Business School, dio a conocer que con el fin de desarrollar los marcos regulatorios e incentivos para el uso de combustibles de aviación sostenibles en la región existe la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) y las Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), las cuales firmaron un acuerdo para promover el uso de SAF (Sustainable Aviation Fuel, distintos).
Los SAF son tipos de combustibles empleados en aviones a reacción, que precisan en cumplir con ciertos criterios y consideraciones sociales, económicas y ambientales en América Latina y el Caribe. Según Romá Andreu, “si no se alcanza una sostenibilidad razonable en el corto y medio plazo es posible que el sector se vea obligado a repensar sus modelos de negocio, al menos en los mercados más maduros”.
En el informe de EAE Business School, el sector apunta a considerar un cambio de paradigmas y hace una invitación a pensar en el retraso que pueda ocasionar una posible recesión. Es que tras la pandemia y, a pesar de la situación creada por la invasión rusa a Ucrania, los avisos de recesión, la inflación generalizada y el aumento de precios de los billetes de avión, parece que el sector del transporte aéreo está recuperándose, incluso por encima de las previsiones realizadas por organizaciones como la IATA o la OACI.
Por ejemplo, de acuerdo con el informe, en 2024 se esperaba que fuera el año de la plena recuperación, donde ya se transportarán unos 5.000 millones de pasajeros, 500 millones más que en 2019. El global de pasajeros en 2021 representó un 47% respecto a 2019 muy lejos de las previsiones que la IATA tenía para 2022: 83%, 2023: 94%, 2024: 103% y un 111% en 2025.
Es así como, por el lado de la sostenibilidad, a pesar de que algunas aerolíneas han desarrollado diferentes iniciativas el transporte aéreo sigue siendo uno de los principales culpables de la huella medioambiental que está provocando el cambio climático. Además, al hablar de aviación sostenible se traslada a la necesidad de contar con nuevos avances tecnológicos, los cuales, según el autor del informe, serán lentos y requerirán de grandes inversiones económicas en medio de un entorno mundial que ha frenado la evolución.
Para Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), el sector aéreo se ha comprometido a alcanzar las emisiones netas cero en 2050 y, para lograrlo, se ha marcado una hoja de ruta basada en una combinación de soluciones que permitan superar este gran reto, pues la aviación es uno de los sectores de más difícil descarbonización. Agregó que para lograrlo, las compañías aéreas apuestan por el uso de combustible sostenible para la aviación (SAF por sus siglas en inglés), una solución que permite reducir hasta en un 80% las emisiones de CO2 durante el ciclo de vida, entre otros.