Atalaya
Por: Libardo Montealegre Murcia
Ha iniciado una nueva era para el país con el gobierno Petro, un nuevo horizonte que nadie sabe realmente a dónde nos llevará. El talante autoritario y bipolar del nuevo presidente y las manifestaciones amenazantes de varios de los ministros designados no auguran un carácter positivo al nuevo horizonte que se abre institucionalmente para el país.
En el tema económico, factores exógenos como la inflación en Estados Unidos que está siendo atacada con una política monetarista basada en el aumento de las tasas de interés para cortar los flujos de efectivo hacia la población, tendrá efectos a mediano plazo en nuestro país pues los capitales y la inversión extranjera se reducirán en los países emergentes, entre ellos Colombia, esos capitales preferirán la seguridad que les da el dólar como moneda refugio en el mundo.
La política económica será definitiva para el éxito o fracaso de este nuevo gobierno. Si como parece ser por el perfil de algunos ministros y sus locuaces declaraciones lo que se trata es de controlar el aparato productivo industrial y agroindustrial, pequeña y mediana empresa, se estará abriendo un incierto panorama al empleo, el ahorro y la inversión en el país lo que tendría resultados desastrosos como los que ha vivido Venezuela en los últimos 20 años. En esto jugará un papel definitivo el carácter de la reforma tributaria anunciada.
En el tema energético, es absurdo, pretender cambiar de un día para otro la matriz energética sabiendo que con la exportación de petróleo se obtiene el porcentaje más alto de los ingresos de la nación. ¿Con qué se va a financiar entonces el ambicioso programa de gasto asistencialista que ha propuesto el candidato hoy presidente Petro en su campaña?
Otro tema económico grueso y que debe ser discutido a profundidad y con elementos técnicos, no ideológicos o demagógicos es el fracking. Como escribí en mi columna pasada esta técnica de explotación no es algo experimental, tiene 80 años de uso y en un país como Estados Unidos con sólidas legislaciones ambientales de más de medio siglo de institucionalidad permitieron su desarrollo, lo que a su vez dio como resultado una producción petrolera que le permitió a ese país autonomía en el consumo de petróleo. No deja de ser paradójico en el nuevo orden mundial que se está estructurando con la guerra de Rusia contra Ucrania, cuando los sueños de la economía descarbonizada parecen extinguirse por ahora frente a la realidad de la necesidad de los combustibles fósiles y la generación nuclear, aquí se inicie con el nuevo gobierno una cruzada en contra la producción de petróleo y se estigmatice una técnica como el fracking sin ni siquiera tener la oportunidad de evaluar resultados a programas piloto como los propuestos en el Magdalena Medio. Estudiemos el fracking y luego tomemos decisiones colectivas y técnicas, no autoritarias.
En fin, son muchos los temas en los que la economía es transversal y en este nuevo horizonte deberán ser analizados y discutidos con argumentos técnicos y sociales en las próximas semanas. Esperemos que este nuevo horizonte sea realmente positivo.
