Por: Gerardo Aldana García
Egan Bernal debe ser que se volvió bobo con el golpe en su bicicleta; cómo se le ocurre votar por Fico. La muy ofensiva y desconsiderada frase fue dicha por uno de los tantos colombianos que criticaron a esta gloria del deporte nacional y de reconocimiento mundial, por haberse atrevido a manifestar públicamente su decisión de apoyar al candidato Federico Gutiérrez para presidente de Colombia. Los insultos le llegaron al ciclista de ciudadanos afectos, y sin duda muy fanáticos desde la campaña del doctor Gustavo Petro – Presidente. Pero claramente, no son todos los petristas quienes así se comportan. Hay miles y miles de ellos llenos de decencia. Hace pocos días, en la semana anterior, un grupo de manifestantes seguidores de Petro, se instalaron frente al Teatro Pigoanza, soltando sus predicados y devoción política que se estrellaban con el edificio de la Gobernación: El Palacio del Mosaico. La multitud que apenas empezaba a crecer, soltaba al aire frases como: Uribe, paramilitar, abajo Uribe. A escasos metros de ellos, un enhiesto dirigente del Pacto Histórico, se desesperaba por llamar la atención de uno de los líderes de la manifestación. Cuando lo hubo tenido bajo su alcance, le dijo: Oiga, bájenle al tono, el discurso en favor de Petro no debe ser maculado por afrentas y groserías contra los otros. Sin duda, la recomendación del patricio petrista, surtió efecto.
La verdad que da miedo sopesar lo que puede pasar con esta elección de Presidente y Vicepresidente, especialmente cuando pese a que las encuestas muestran un claro ganador en primera vuelta: Gustavo Petro, bien puede ocurrir, dicen las mismas, que no le alcance para ser elegido en el primer round y tenga que irse a una segunda vuelta, enfrentando a un candidato que podría concitar a la cauda electoral del resto de aspirantes vencidos en la primera contienda y con ello la competencia por el solio presidencial se puede tornar más apretada. Y es así en donde la agresividad e intolerancia de los seguidores de un lado y otro en contienda, representan realmente una seria amenaza a la seguridad ciudadana. Si a una gloria deportiva como Egan Bernal le han espetado tal afrenta y descortesía, qué podrá ocurrirle a un parroquiano cualquiera que, al celebrar el triunfo de su candidato, pueda recibir impensables agravios o golpes de embravecidos y enconados perdedores de la jornada electoral. Contra esto debemos blindarnos todos los colombianos. No podemos dejar que el fervor político de la elección se vuelva ardor y luego se convierta en un ring de pelea. Esto es una democracia y en la misma se gana y se pierde, y no por ello debemos ser enemigos. Republicanos y Demócratas, luego de la elección, sabes que deben pensar en el beneficio del país. Liberales, Conservadores, Petristas, Verdes, Amarillos, etc, deben pensar de idéntica forma. La fe en la institucionalidad electoral debe mantenerse y respetarse. Finalmente, el país tendrá un nuevo presidente quien lo será para toda la colectividad y a quien todos los ciudadanos, sin renunciar a sus derechos y deberes de supervisión o edificante oposición, deberán acoger, respetar y apoyar, todo por la causa nacional