Aníbal Charry González
Rodrigo Lara Sánchez estaba en su derecho de abrazar cualquier bandera política, pero su condición de ser hijo de Rodrigo Lara Bonilla, mártir de la democracia e ícono de la lucha contra la corrupción y la narcopolítica que terminó asesinándolo con intervención siniestra de fuerzas de seguridad del Estado como ha quedado demostrado, le obligaba a ser consecuente y coherente con ese sagrado legado por el cual ofrendó con valor su preciosa existencia para no mancillar su memoria, por lo que su decisión de aceptar ser la fórmula presidencial del candidato del uribismo y representante del vitando régimen continuista Fico Gutiérrez, solo se puede denominar como un acto oportunista y politiquero con utilización indigna de la memoria de su ilustre padre.
Porque hay algo que debe quedar claro ante la opinión pública. Rodrigo Lara Sánchez al ser escogido como gancho ciego por el uribismo y Fico Gutiérrez para ser candidato a la vicepresidencia, no fue como lo ha dicho en forma embustera este último, para hacerle un reconocimiento a un ciudadano común y corriente y a las regiones, sino por ser hijo de Rodrigo Lara Bonilla, como taimada estrategia para tratar de lavar la imagen con fines electoreros de quien ahora representa como candidato del régimen esa narcopolitica que todavía sigue vigente y sacrificó a su padre, para lo cual se ha prestado para satisfacer su ambición de figuración personal y politiquera, que no tiene más explicación cuando venía militando en un movimiento progresista que busca precisamente la extirpación de las malsanas prácticas en la política que combatió hasta su muerte Lara Bonilla.
Y reitero que fue un acto oportunista y politiquero de Lara Sánchez sin ninguna convicción política con utilización de la memoria de su padre, si entendemos la politiquería en su real acepción de ser la degeneración de la política con propósitos torcidos de obtener una ganancia personal o de grupo, aprovechándose en este caso de una memoria limpia como la de su padre, ahora que tiene figuración política después de haber sido alcalde de Neiva con la más alta votación histórica de un candidato, no por lo que él representaba como persona y destacado médico, sino por ser hijo de su padre, como tuve oportunidad de decírselo cuando salió elegido, cuando nunca creyó en el enorme poder de ésta venerable memoria de un auténtico prócer de la República.
Y lo más grave de ésta suplantación para lo cual se ha prestado Lara Sánchez que no le aportará nada electoralmente al candidato del régimen continuista que será derrotado estruendosamente en las urnas -porque si hay algo que no perdona la gente es un acto de traición y transfuguismo de ésta naturaleza-, es que ha salido a repetir marrulleramente como loro parlante, de que hay que defender la democracia y las libertades que Petro amenaza, que la gente ya sabe realmente es una farsa sustentada en elecciones contaminadas que permiten elegir y reelegir gobernantes y congresistas de carteles de la politiquería, para que libre e impunemente se roben 50 billones de pesos al año.