Por: Julio Bahamon Vanegas
Creo que esa debe ser la consigna de los seguidores de Federico Gutiérrez. Los últimos datos conocidos en las encuestas realizadas por el Centro Nacional de Consultoría nos hacen ver el panorama político con optimismo moderado. Es clarísimo que, a estas alturas del debate presidencial, con la información reciente, estaríamos pasando a la segunda vuelta que se llevará a cabo en junio venidero. Lo ideal sería que, muy bien organizados pudiéramos ganar, de una, el 29 de mayo, pero debemos ser realistas.
Nuestro gran enemigo en el empeño de ganar, en la primera vuelta, es el peligroso triunfalismo, sobre algo que aún no hemos ganado y que, para triunfar definitivamente y lograr la presidencia de la república, estamos obligados a trabajar intensamente, sin descanso, desde ayer y, hasta el 29 de mayo a las 9 de la noche, que será la hora, en que se den a conocer los efectos de la primera vuelta presidencial.
La información que tenemos del primer sondeo de opinión, dada a conocer por la firma CNC y la revista Semana le da al Dr. Federico Gutiérrez el 23% de favorabilidad, con un avance del 19%, a una semana de haber sido ungido como candidato de la coalición Equipo por Colombia, frente a un Gustavo Petro que apenas subió 5 puntos, es decir, a 46 días de las elecciones, la distancia es de solo el 9%, cifra que será imperativo superar si nos dedicamos a trabajar intensamente con ese objetivo.
Lo bueno del Dr. Fico es que es un hombre serio, confiable, honesto y que jamás ha empuñado un arma para agredir a otro ciudadano y como alcalde de Medellín, fue un servidor público de resultados. No está atado a ningún partido, en particular, ni le debe nada a ningún jefe político, sin embargo, su nombre genera confianza a los partidos de centro derecha y a sus líderes. Su propuesta de gobierno está enmarcada en el orden, la lucha contra la corrupción, facilitación de la legalidad, fortalecimiento de la seguridad, convivencia ciudadana, crecimiento económico reducción de las desigualdades y la salud de los colombianos.
Lo malo de Petro, porque no le encontré nada bueno en su tormentoso pasado, es que es un hombre altamente obnubilado y peligroso, convencido de que es el nuevo mesías y que, como tal, está en su derecho de poner este país al revés. Es un embrión de nacional – socialismo, con un gigantesco ego convencido de que es el salvador del mundo. Contrario al candidato Gutiérrez, Petro sí empuño las armas contra la republica que pretende gobernar, secuestró, adelantó acciones criminales y muchos secuestros y fue cómplice del asalto al Palacio de Justicia en donde fueron masacrados 11 magistrados de la H. Corte Suprema de Justicia. Petro nunca les pidió perdón a las víctimas de su accionar delictivo.
Este sujeto con sus propuestas insensatas “amenaza con destruir al país, que lo conducirían a la miseria y destruirán el tejido empresarial. En medio de su arrogancia y muchas veces alicorado anuncia un plan irracional y no disimula su odio encapsulado en su doctrina Marxista. Expropiar la agroindustria del Valle del Cauca, acabar con la producción petrolera y del carbón, multiplicar los subsidios, imprimir moneda para acabar con la pobreza, apropiarse de los fondos de las pensiones de los colombianos que son el ahorro de los trabajadores, son ideas delirantes de un ser enajenado” Álvaro Ramírez González.
De solo imaginar a mi país, gobernado por la caterva de bandidos que él representa, me produce escalofrío y terror.
