Las enfermedades transmisibles tienden a quedarse en la población y terminan integrándose a los factores que hay que cuidar para que no se desborden. Son los llamados males endémicos, que permiten, que de tanto ir y venir, conocer su dinámica y, por supuesto, la forma de atajarlos, al punto de que su seguimiento es un deber primario de las políticas de salud pública del país. De acuerdo con la Organización Mundial de Salud (OMS), el dengue es una enfermedad vírica transmitida por mosquitos, que se ha propagado rápidamente en todas las regiones del país durante los últimos años. Este virus se transmite por mosquitos hembra principalmente de la especie Aedes aegypti. Estos mosquitos también transmiten la fiebre chikungunya, la fiebre amarilla y la infección por el virus de Zika. Está muy extendida en los trópicos, con variaciones locales en el riesgo que dependen en gran medida de las precipitaciones, la temperatura y la urbanización rápida sin planificar.
Tal es el caso de estas endemias, que hacen presencia en más de 730 municipios de los 32 departamentos del país, y, como se sabe, presentan picos epidémicos cada dos o tres años, cuyo último ciclo fue en 2019 y 2020, por lo que resulta imperativo reforzar las medidas para atenuar el incremento de casos que se avizoran durante el 2022. En otras palabras, estas enfermedades anuncian su llegada, así que no hay excusas para la inacción y fingir sorpresas cuando los enfermos, con sus diferentes niveles de gravedad, llegan a los hospitales. Esto exige encender las alarmas y actuar de inmediato, con la aplicación de las medidas conocidas en todos los territorios del país. Y el Huila no escapa, de este riesgo.
Es preocupante la alerta epidemiológica promulgada por las autoridades sanitarias del departamento por el incremento del número de pacientes enfermos de dengue en este territorio, que ha provocado decenas de muertes durante las vigencias anteriores. Esta afirmación es muy preocupante para la ciudadanía, que en la mayoría de los casos no atienden las recomendaciones de las autoridades de salud, para evitar la propagación de este mosquito, que es el causante de generar este caos en la salud de las familias.
Desafortunadamente el cambio climático está propiciando la variación del ciclo de lluvias que están generando las condiciones propicias para que se presenten mayores focos de criaderos de este zancudo. Las mismas condiciones geográficas de la región y el ciclo natural de la enfermedad generan las condiciones adecuadas de índole natural, para que se aumenten los casos de dengue en este territorio. Recordemos que el dengue es una enfermedad evitable, si evitamos los criaderos del insecto en nuestras viviendas. Así se reduce el riesgo y es tratable si se cuenta con un diagnóstico oportuno y se atiende adecuadamente.