Consideramos que los peores errores históricos que pueden cometer todos los gobiernos nacionales es implementar medidas tendientes a disminuirle los ingresos a los agentes económicos de un país, porque afectan necesariamente la demanda interna. Para mayor ilustración, ésta la constituyen las familias, empresas y el gobierno. Cuando los bolsillos de los colombianos son afectados por los incrementos permanentes de los precios de los combustibles y de las reformas tributarias, provocan una disminución de la capacidad adquisitiva de bienes y servicios de los hogares colombianos. Sus resultados son dramáticos por el deterioro de la calidad de vida que están presentando los hogares colombianos. Datos oficiales así lo demuestran. Las familias en las principales ciudades del país ya no consumen las tres comidas. Solo 2 y de baja calidad. Además, en los establecimientos comerciales, las ventas se han disminuido en todas las actividades económicas. Podemos visualizarlo y comprobarlo cuando salimos a visitar los grandes centros donde las grandes superficies concentran su comercio. Locales cerrados, otros en proceso de liquidación, los demás ofreciendo gangas, ofertones, madrugones, en otras estrategias para poder sobrevivir en este ambiente cada vez más competitivo e incierto por el accionar gubernamental. Los funcionarios del alto gobierno, responsables del manejo económico no lo aceptan. Con su retórica barata, tratan de justificar dichas medidas, que no convencen a la población en general.
Ahí tienen uno de los factores de rechazo, pérdida de la credibilidad y del nivel de confianza entre todos los actores de la vida pública. Cada vez crece el inconformismo popular. El club de arrepentidos crece de manera exponencial, el cual puede verse reflejado en las próximas elecciones. Y como si fuera poco, las familias y las organizaciones empresariales, van a tener que tributar menos al fisco porque los resultados van a ser adversos. Así lo demuestran tempranamente las estadísticas que se han venido ventilando en los medios de comunicación. Igualmente, las reformas tributarias, que desde 1990 se han venido implementando que superan las 25, y que el actual gobierno del presidente Petro, continua con esta tendencia, así la haya combativo desde que fue congresista, están generando una crisis profunda y un desestimulo a los inversionistas extranjeros. De acuerdo con las Cámaras de Comercio del país y de algunos analistas económicos, han salido del país, cerca de 65 mil empresarios, de los cuales el 50% han pedido cambiar de nacionalidad. Éstas dejan de tributar en el país.
Lo anterior, es muy grave, porque provoca un panorama ensombrecedor e incierto en todas las actividades económicas del país. No le hacemos oposición al gobierno nacional desde esta tribuna. Solo analizamos la situación económica y social que está viviendo la sociedad colombiana. Consideramos que el gobierno nacional, todavía es tiempo, para que efectué una verdadera reingeniería en su accionar gubernamental. Seamos creativos e innovadores.
