El mundo de la música ha perdido a uno de los máximos exponentes del habla español, con la muerte de Darío Gómez, considerado el máximo ídolo de la música popular. La fatal noticia de su deceso ocurrió el martes anterior a las 7 y 31 pm, cuando el mundo se enteró del fallecimiento del Rey del Despecho’. Pereció a sus 71 años en la casa en la que habitaba junto a su esposa en Medellín. Ingresó a la Clínica Las Américas sin signos vitales, según informó la misma institución de salud. Ha partido a la eternidad, pero su legado infinito seguirá sonando en los corazones de millones de personas. En todos los municipios del país, lo escucharon a través de sus conciertos, porque le cantaba al amor de las personas que habían sufrido decepciones con sus parejas.
Ha desaparecido un gigante de este arte, quien se convirtió en el creador, compositor y cantante de música popular, capaz de hacer llegar su excepcional talento a través de un prisma tan vasto y complejo de voces, a todos los rincones del gusto popular. Este cantautor rompió todas las barreras de la edad, las clases sociales, el conservadurismo y la variedad de los gustos musicales de tres generaciones. Todos los medios de comunicación registraron hace unos días, como el cantante de la famosa canción “Nadie es eterno en el mundo” había compartido con sus seguidores en su cuenta en Instagram una serie de capítulos mostrando cómo era su día a día, a los que llamó “Un día con Darío Gómez – El Rey Del Despecho”. En la más reciente grabación, de hace aproximadamente dos semanas, se le ve animado y en aparente buen estado de salud. Allí cuenta que uno de sus pasatiempos preferidos era hacer crucigramas, logrando llenar ocho o nueve semanalmente. Igualmente expresaba que otro de sus pasatiempos favoritos era jugar ajedrez.
El célebre intérprete de muchos éxitos musicales dedicados al despecho se había convertido en el principal interprete de la música popular en las últimas tres décadas, donde compartía tarima con otros fieles y amantes de género musical, en la mayoría de sus presentaciones. Su presencia llenaba coliseos y sus entonadas generaban al interior de los corazones de los asistentes, alegrías, sollozos y lloriqueos de sus miles de sus seguidores.
Sus composiciones simples y sin mayores pretensiones, apuntaban certeramente a cautivar las cuerdas sensibles del género femenino. Consideramos que es un ejemplo para los nuevos talentos que se perfilan dentro del género musical o de otro arte artístico. Su dedicación, disciplina, rechazo a las drogas, le permitieron trascender a todos los países del mundo, quienes lo ovacionaron y lo constituyeron en su ídolo predilecto en todos los conciertos multitudinarios que lo acompañaron. Paz en su tumba.
