Pensaba escribir esta mi última columna del año, sobre un tema diferente a la pestilencia de la politiquería criolla para no hacerme repetitivo, pero que remedio, tengo que escribirla sobre el mismo tema obligado por las circunstancias de que no hay de otra en un país que se repite y particularmente el torcido Congreso de la República con sus actuaciones ídem, para decir, como lo escribiera el fallecido y destacado columnista Antonio Caballero que lo cuestionaban por repetirse en sus columnas, que no es que uno se vuelva repetitivo, sino que es el país el que se repite con la tozudez de los hechos negativos, que no dejan otra alternativa al columnista que repetirse.
Y es que no podía dejar pasar por alto el sainete populista y pérfido del Centro Democrático, de presentar el proyecto en el congreso para reducir las largas e insólitas vacaciones de los congresistas, para ellos mismos encargarse de hundirlo en el Senado por ausentismo, disolviendo marrulleramente el quórum en 30 segundos, cuando faltaba el último debate para convertirse en Ley de la República, en compañía de otros integrantes de los diferentes desviados partidos políticos que tenemos, entre ellos varios senadores del Huila que aspiran a su reelección que es necesario mencionar, a quienes por supuesto como el grueso de los contaminados congresistas que solo se representan a ellos mismos, no les interesa en absoluto afectar el cúmulo de privilegios que tienen por desempeñarse como tales producto del pernicioso clientelismo electoral.
Estos son, como dice el estribillo popular, los que venden la Nación: Rodrigo Lara Restrepo que se auto postuló ahora como precandidato presidencial con la bandera de combatir la insania de las costumbres politiqueras, cuando participa de ellas como integrante de uno de los partidos más contaminados como es Cambio Radical: Ernesto Macías, que por fortuna, temeroso de la debacle electoral que se avecina de su cuestionado partido político, decidió no volver a aspirar, tristemente célebre por ser autor de las perversas jugaditas politiqueras que le conocemos: Esperanza Andrade que ha dicho que no es vaga, pero se presta para jugaditas macianas para disolver el quórum, lo mismo que Rodrigo Villalba, que seguramente por no volver a aspirar por el no menos contaminado Partido Liberal, decidió prestarse para la jugadita.
En suma, fueron 56 senadores los que hicieron posible con su ausentismo desbaratador del quórum, haciéndole el juego a la marrullería del CD, que el proyecto se hundiera presentado por el representante Gabriel Santos, cuestionado por sus mismos conmilitones por urgir la aprobación del proyecto, quien los dejó en su plata respondiéndoles atinadamente que no fueran simples lamesuelas del jefe de su partido pensando con los hígados, incluido el incompetente ministro del Interior Daniel Palacios que también lo cuestionó, y que este era un día oscuro para el Congreso que le daba argumentos a la ciudadanía para que tomaran nota en el 2022 ante su incapacidad para auto reformarse. Esta columna aparecerá nuevamente la segunda semana de enero de 2022. Felices fiestas.