Por: Alfonso Vélez Jaramillo
En un país como el nuestro, en el cual, la política está por encima de cualquier otra circunstancia cotidiana, no tendremos momentos de paz nunca. Al menos en nuestros medios de comunicación, por la política y para otros politiquería. Todos quieren pescar el rio revuelto
Una vez se firmó el proceso de paz, dejamos de ver, escuchar y leer en los medios de comunicación la tristemente tomas guerrilleras a las poblaciones, pero todos los días se habla de política y ya no se dice terrorismo, sino vandalismo.
Con motivo del paro que lleva 40 días, el tema político, es más común porque en todas partes se buscan los culpables de la nueva situación.
Un escenario capaz de bajar al presidente Iván Duque, que en sus programas mal copió los consejos comunitarios del ex presidente Uribe y especulaba sobre la noticia más grande de los últimos años en el mundo entero, La pandemia del coronavirus.
Especulando, porque siempre fue desmentido o daba fecha y cifras inexactas de la grave tragedia que ha enlutado a miles de familias y ha dejado en la calle a muchos colombianos y enriqueció aún más, a otros.
Un paro es una protesta y no solo tiene sustento constitucional, sirve en un régimen casi dictatorial, para presionar conquistas sociales que mediante los diálogos son muy difícil conseguir.
Lástima que los vándalos se tiren todo el esfuerzo que iniciaron las centrales obreras. Desdibujaron esta protesta y le consiguieron enemigos al paro en todas partes. Nadie quiere que le dañen sus cosas.
Y ahora que se arruinaron los diálogos, vuelve y juega la política y quienes pescan en rio revuelto.
Entramos en la carrera por la presidencia y los dirigentes y partidos políticos, saben que el terreno es movedizo y que las consecuencias del paro van a ser muy difíciles para muchos, unos porque jugaron a favor del gobierno, otros que se fueron de frente con el paro, otros no ayudaron y los que se hicieron los de la vista, pensando que con las alforjas llenas conseguirán los votos n los ultimo días, que puede ser posible.
Este es un país carcomido por la polarización con hondas diferencias partidistas y no creo que muchos se salven, si no existe un verdadero dialogo para limar con sinceridad las asperezas y las diferencias y el amor a la patria.
Lo cierto, es que el paro es la obertura de un estallido social que puede ser más grave si no se superan las diferencias y el gobierno no deja de sentirse omnipotente porque tiene a su favor a todos los organismos de control, procuraduría, fiscalía, contraloría y las demás instituciones que no terminan en ía, pero siempre aplauden el gobierno de turno.