La situación de los centros de detención transitoria en Neiva y la cárcel del municipio de Rivera ha sido objeto de un reciente análisis por parte del personero municipal, Andrés Bastidas, quien dialogó con el Diario del Huila. En esta conversación, se abordaron diversos aspectos relacionados con las condiciones de vida de las personas privadas de libertad (PPL) y los desafíos que enfrentan estas instituciones. El informe subraya la complejidad de la realidad carcelaria, marcada por el hacinamiento, la atención médica y las condiciones alimentarias.
DIARIO DEL HUILA, INFORME
POR: ALEJANDRO POLANCO
La problemática del sistema penitenciario en Colombia es un tema recurrente que despierta preocupación y demanda atención. En este contexto, la reciente entrevista otorgada por el personero de Neiva, Andrés Bastidas, al Diario del Huila, ofrece una visión detallada sobre la situación actual de los centros de detención transitoria en Neiva y la cárcel de Rivera, donde se concentran numerosos retos relacionados con el hacinamiento, las condiciones de infraestructura y los servicios prestados a los internos.
Hacinamiento en la Cárcel de Rivera
La cárcel de Rivera se encuentra en una situación de hacinamiento. Actualmente, alberga a 1,422 internos, una cifra que supera con creces su capacidad oficial de 980. Este sobrecupo no solo genera un ambiente tenso, sino que también plantea serios retos logísticos para la administración penitenciaria. La alta densidad poblacional dificulta el control y la supervisión, incrementando la posibilidad de conflictos internos y la propagación de enfermedades.
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Para abordar esta situación, el personero ha mencionado la necesidad de implementar medidas a corto y largo plazo. Entre las soluciones que se están evaluando se encuentran la ampliación de la infraestructura existente, así como la posibilidad de establecer nuevas instalaciones que puedan aliviar la presión sobre la cárcel de Rivera. Sin embargo, la ejecución de estos planes requiere no solo de recursos económicos, sino también de un compromiso coordinado entre diferentes entidades del gobierno local y nacional.
Centros de detención transitoria en Neiva
A pesar de que la situación de hacinamiento persiste, se ha observado una disminución en las cifras. En particular, el centro de detención de las antiguas bodegas de Alpina, que cuenta con una capacidad para 100 personas, reporta hasta 400 PPL en el segundo trimestre del año. Sin embargo, actualmente esta cifra se ha reducido a 256, lo que representa una mejora significativa.
Bastidas también mencionó que otros centros de detención, como el CAI del barrio Bogotá, han mantenido un número relativamente estable de PPL femeninas, con 29 actualmente, mientras que el CDT del antiguo CAI del corregimiento del Caguán reporta 10 PPL sin embargo los detenidos en estos centros transitorios se ven limitados en su acceso a servicios básicos como atención médica, alimentación y condiciones sanitarias adecuadas, lo que agrava aún más la situación general.
Infraestructura y condiciones de vida
Tanto en la cárcel de Rivera como en los centros transitorios de Neiva, la infraestructura es un tema crítico. Las instalaciones, que en muchos casos son inadecuadas y obsoletas, no solo afectan a los internos, sino también a los funcionarios encargados de la supervisión y el control. En la actualidad, se han identificado deficiencias significativas en áreas como el acceso a agua potable, la calidad de la alimentación y las instalaciones sanitarias.
La modernización de la infraestructura es una prioridad para el personero. Es así como en Rivera se adelanta la mejora del rancho como se le denomina al lugar donde se preparan los alimentos, con planes de finalización para enero de 2025. Esta modernización es esencial no solo para garantizar una alimentación adecuada, sino también para prevenir brotes de enfermedades que puedan surgir debido a las malas condiciones higiénicas.
Un tema que ha cobrado relevancia en la conversación sobre la situación carcelaria es la salud de los internos. Bastidas informó que si bien los casos de enfermedades contagiosas, especialmente tuberculosis han disminuido significativamente con tan solo un caso reportado a la fecha en la cárcel de Rivera. La propagación de estas enfermedades en un ambiente cerrado como el de una cárcel es un riesgo significativo, tanto para la población interna como para el personal de la cárcel y la comunidad en general.
Para contrarrestar esta problemática, se han establecido protocolos de salud que incluyen chequeos médicos regulares y la implementación de campañas de vacunación. Sin embargo, la falta de recursos y personal médico calificado limita la efectividad de estas iniciativas. La colaboración con entidades de salud locales es esencial para garantizar que se brinde la atención adecuada a los internos y se mantenga un control efectivo de los brotes de enfermedades.
Seguridad y control
La seguridad es otro aspecto discutido en esta entrevista. La administración de la cárcel de Rivera y los centros de detención en Neiva están evaluando la implementación de medidas de seguridad más estrictas, incluyendo la instalación de sistemas de videovigilancia y controles de acceso más rigurosos. Estas acciones son necesarias para asegurar un entorno seguro y controlado, minimizando el riesgo de incidentes violentos dentro de las instituciones.
Bastidas también destacó la importancia de mantener un ambiente de disciplina y respeto entre los internos, lo que requiere un esfuerzo coordinado por parte del personal de la cárcel y los centros de detención. La capacitación continua de los funcionarios en técnicas de manejo de conflictos es vital para crear un ambiente que favorezca la convivencia pacífica.
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A pesar de los desafíos, el personero enfatizó la importancia de ofrecer programas de capacitación y formación a los internos. Estos programas son fundamentales para preparar a los internos para su eventual reintegración en la sociedad. Actualmente, se están llevando a cabo talleres en diversas áreas, como artes y oficios, que no solo proporcionan habilidades útiles, sino que también ayudan a los internos a desarrollar un sentido de propósito y autoestima.
La colaboración con organizaciones no gubernamentales y el sector privado es crucial para la implementación de estos programas. A través de alianzas estratégicas, se espera que los internos puedan acceder a oportunidades laborales una vez que cumplan sus condenas, lo que podría contribuir a reducir la tasa de reincidencia en el futuro.
Por último, Bastidas reconoció que, aunque se están realizando amplios esfuerzos para abordar las diversas problemáticas, la complejidad de la situación demanda un enfoque integral que involucre a múltiples niveles del gobierno. La colaboración interinstitucional será clave para asegurar que se implementen soluciones efectivas y sostenibles.
Con una situación que presenta múltiples aristas, el futuro del sistema penitenciario en Neiva y Rivera dependerá de la capacidad de las autoridades para abordar estos aquejamientos de manera efectiva. La inversión en infraestructura, salud, capacitación y programas de reinserción no solo beneficiará a los internos, sino que también contribuirá a la seguridad y bienestar de ciudadanía en general.