De esa manera definio el expresidente Alfonso López Michelsen la proliferación de listas que para el congreso de la república presento el partido Liberal, por allá en los años 80, como estrategia para alzarse con el mayor número de curules. Finalmente, el tiro salió por la culata. Guardando las debidas proporciones algo similar, pero al revés, dividir para reinar, está ocurriendo en materia de candidaturas de los partidos y movimientos políticos que se disputaran la presidencia de Colombia el año entrante. A vuelo de pájaro podríamos contar más de 20 los pre- candidatos, y candidatos que están hoy alborotando el avispero: Por el partido Liberal está el exrector de la Universidad de los Andes, Alejandro Gaviria, que salió a última hora de los cubiletes de Santos y del expresidente Gaviria; por el conservatismo son tres los opcionados, Juan Carlos Echeverry, Mauricio Cárdenas y posiblemente el senador Efraín Cepeda; por Cambio Radical las ganas no se le han quitado a German Vargas; la Colombia Humana tendrá consulta entre Camilo Romero, Gustavo Petro y el senador Roy Barreras; en el partido de la U ha mostrado ganas su presidenta la exgobernadora Dilia Francisca Toro, por el partido Verde, el Dr Sergio Fajardo y el senador Sanguino, por la Alianza de Enrique Peñalosa, están también Alejandro Char y Federico Gutiérrez, pero estos dicen, No querer acercarse a Uribe; por el Centro Democrático sobresalen Oscar Iván Zuluaga, María Fernanda Cabal, Paloma Valencia, Rafael Nieto. Unas semanas atrás exhumaron al Nuevo Liberalismo partido que están utilizando los delfines de Rodrigo Lara el Grande y del gigante Luis Carlos Galán quienes sin tener representación en el congreso de la república ya afloraron las ambiciones y las candidaturas de Juan Manuel Galán Pachón y la de Rodrigo Lara Restrepo. Aun no se conoce que hará en esa materia el senador Jorge Enrique Robledo, en fin, ese es el desolador panorama que se nos presenta a los colombianos. ¿Habrase visto en la historia de Colombia semejante fanfarria de candidaturas? “Hay de todo como en botica”, como dicen las señoras de la acción católica. Sin embargo, los que no miran más allá de sus narices no se percatan que todo ese desorden electoral hace parte de la estrategia de la extrema izquierda para quedarse con el Santo y la limosna. Ya lo vimos en el reciente pasado. Lamentablemente pueden más las vanidades y veleidades personales que los intereses nacionales. La historia, por desgracia ha sido mal contada y se repetirá si se mantiene vigentes esas candidaturas, o al menos la mitad de ellas. Paso ayer en el Perú y, antier en Bogotá. Bueno es recordar que Juan Manuel Santos, aunque perverso, no es bruto y, como presidente patrocino muchas aspiraciones egoístas, en Bogotá rescato a Petro y lo catapulto en contra de Peñalosa y de Gina Parody, con lo cual gano la alcaldía con solo el 32% de los votos. En nuestro caso, y ante la indecisión del partido, como es la ocurrencia del Centro Democrático que alentó a muchos a lanzarse al ruedo, cercanos consejeros del expresidente Uribe nos cuentan que el director ha dicho que buscará un consenso entre todos los aspirantes; pero nos preguntamos: ¿para cuándo?, no será para el día de san blando, que no tiene cuando, ¡por dios!, por lo que existe expectativa para conocer el nombre del ungido por quien debemos trabajar todos unidos. No quiero ser ave de mal agüero, pero no debemos olvidar que Gustavo Petro saco hace tres años para las presidenciales, enfrentado a Iván Duque, 8.034.189 votos que representaron el 41,81% de los electores, esto es, un 9,81% más de los que obtuvo para la alcaldía de Bogotá. El único que se acerca a ese resultado es Oscar Iván Zuluaga con 7,5 millones de votos logrados en la segunda vuelta contra Juan Manuel Santos. El CD necesita escoger estadistas probados en administración del estado para garantizar el triunfo y un buen gobierno. Y si no es Zuluaga, ¿entonces quién?.