José Félix Lafaurie Rivera
@jflafaurie
Roy Barreras fue galanista de corazón, estuvo de corazón en Cambio Radical, de donde fue expulsado por deslealtad. Fue uribista de corazón, pero hoy proclama infamemente “la destrucción del uribismo”, y claro, fue santista de corazón y hoy petrista de corazón.
“Dios los hace y ellos se juntan”, y Roy llegó a donde debía, a una cloaca, al Pacto que hará historia por la campaña más sucia de la que el país tenga memoria; al que ya no es Histórico sino “histérico”, porque Petro pasó del triunfalismo a la incertidumbre del empate técnico y, luego, a sentir que la presidencia se le escapa, por unos videos que lo desnudan frente al país.
En ellos, Roy confirma que las visitas a la Picota no eran pilatunas del hermano de Petro, sino que miembros del Pacto, y a sabiendas del Pacto, negociaban apoyos por promesas de no extradición y “perdón social” a mafiosos.
Se evidencia el desprecio de Roy por las personas, compartido por los acólitos del Pacto, que lo escuchan sin chistar, incluido Petro: “El abandonado Fajardo” que hay que dejar sobrevivir para presionarlo, o “al ataque” contra Gaviria para lo mismo, como si fueran dioses titiriteros que pueden manipular a Colombia.
Salen a relucir las “acciones políticas” de Roy, mafiosas, de “todo vale”: “Fabriquemos las diferencias”, dice, para que la opinión no los identifique en sus calaveradas; “preparemos contradicciones”; ataquemos escondidos, por interpuesta persona, ojalá una “señora de la caridad”.
El video de Guanumen produce asco, no solo por la virulencia de sus recomendaciones -Si a la gente la roban, “que piense: hp esto es Fico… la inseguridad es culpa de Fico”-, sino por el menosprecio a la mujer, que considera manipulable: “Mostrarlo como un depravado, quitarle la posibilidad de llegarles a las mujeres”.
Qué esperar de quien comparte cloaca con Petro, el de las bolsas de dinero, filmado por su amigo perdido; y Roy, el de maletines llenos de efectivo, despreciando la autoridad y negándose a dar explicaciones; o Benedetti, su compadre; o la cúpula del santismo, experta en comprar conciencias y torcer la voluntad del pueblo, o con Piedad, la del hermano narco, la hermana metiendo plata a la cárcel, y ella misma tratando de burlar a las autoridades hondureñas.
Qué esperar de quienes negocian con mafiosos presos y no rechazan el apoyo de bandidos con curul, de narcoterroristas que obligan a votar por Petro y de pandilleros que amenazan con destrucción si no gana.
¿Qué esperar de un gobierno Petro? Ya lo hemos visto, peor…, imposible. Yo prefiero a quien me pide mirarlo a los ojos, que al que siempre elude la mirada; prefiero al de “la política con lógica, ética y estética”, que al de la componenda y la mentira. Ese, que se quede en su cloaca.
¡Qué los engañados se quiten la venda! ¡Qué nadie caiga en el engaño del voto en blanco! ¡Salvemos a Colombia!