Pese a alarma nacional embalses del Huila están estables. Según XM, operador del Sistema Interconectado Nacional, los niveles de los embalses a nivel nacional han caído por debajo del 50%. En el Huila, Betania y El Quimbo han mantenido niveles relativamente estables.
DIARIO DEL HUILA, PANORAMA
Por: Gustavo Patiño
Pese a alarma nacional embalses del Huila están estables. Colombia enfrenta una situación crítica a nivel hídrico y energético. Según los últimos reportes emitidos por XM, el operador del Sistema Interconectado Nacional y administrador del mercado de energía del país, los niveles de los embalses han caído por debajo del 50%, lo que activa una alerta en varios sectores, desde la generación de energía hasta el suministro de agua potable y la actividad agrícola.
La caída en los niveles de los embalses, que no se registraba desde junio de este año, amenaza con poner en riesgo la estabilidad del sistema energético colombiano, históricamente dependiente de la generación hidroeléctrica. Según XM, el nivel de los embalses se ubicó en un 49,83% al corte del 20 de septiembre de 2024, lo que representa una disminución del 0,36% respecto al día anterior. Este descenso gradual viene acompañado de una caída en los aportes diarios de agua al sistema, que actualmente se sitúan en el 42,74%, lo que presiona aún más el sistema eléctrico nacional.
La situación se agrava en regiones como el Valle del Cauca, donde los embalses registran niveles particularmente bajos (36,48%). En Antioquia, una región clave para la generación hidroeléctrica, los embalses se encuentran en un 44,76%. Por otro lado, en la región Caribe, que ha mostrado mejores resultados, las reservas hídricas alcanzan el 74,39%.
Dependencia de generación térmica
La gravedad de la situación no solo se manifiesta en los bajos niveles de agua, sino también en el aumento de la dependencia de la generación térmica, una fuente de energía más costosa y contaminante. XM informó que la generación térmica despachada centralmente asciende a 82,6 GWh, lo que indica que el país está utilizando más energía no renovable para compensar la falta de generación hidroeléctrica.
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Ante este panorama, tanto las autoridades locales como los actores del sector energético se mantienen en alerta, monitoreando el comportamiento de los embalses e implementando medidas para mitigar una posible crisis energética.
El Quimbo y Betania bajo control
A pesar del alarmante descenso en los niveles de embalses a nivel nacional, la situación en El Quimbo y Betania, los embalses del departamento del Huila, parece estar bajo control, aunque no exenta de desafíos.
Edison Henao, profesional de la cadena piscícola de la Secretaría de Agricultura y Minería de la Gobernación del Huila, explicó que los embalses de Betania y El Quimbo han mantenido niveles relativamente estables, en gran parte gracias a las acciones tomadas desde octubre de 2022, cuando Betania enfrentó una crisis hídrica severa.
“Desde el año pasado, el 14 de octubre, tuvimos una crisis fuerte en términos de niveles donde el embalse de Betania logró niveles históricos del 39%. Desde entonces, se conformó una Mesa Intersectorial, que incluye a los ministerios de Minas y Energía, Agricultura, Ambiente, la Secretaría de Agricultura, gremios y empresas para llegar a acuerdos sobre los niveles del embalse y evitar riesgos en la actividad piscícola que se desarrolla en Betania”, declaró Henao.
Por encima del 60%
Gracias a los acuerdos alcanzados por esta mesa, los niveles en Betania han permanecido por encima del 60% desde esa fecha, lo que ha permitido salvaguardar tanto la actividad piscícola como la generación hidroeléctrica. Sin embargo, Henao advierte que agosto fue un mes crítico. “Vimos cómo, drásticamente, de estar cerca del 80%, el nivel del embalse de Betania cayó al 64%. Esto se debe, principalmente, a la reducción en la oferta hídrica del río Magdalena, lo que sigue manteniéndonos en alerta”, señaló.
En cuanto a El Quimbo, Henao indicó que este embalse también ha mostrado signos de disminución desde la segunda semana de agosto. Sin embargo, se espera que las lluvias pronosticadas para finales de septiembre e inicios de octubre ayuden a recuperar los niveles. “El Quimbo empezó a descender en la segunda semana de agosto, pero venía de niveles bajos del 19% en el primer trimestre del año. A pesar de esto, ha venido recuperándose gradualmente y esperamos que con las lluvias mejore su capacidad”, comentó Henao.
Aunque los niveles actuales no representan una amenaza inmediata para la producción de energía o la piscicultura, las autoridades y productores siguen vigilantes, particularmente en lo que respecta a la temperatura del agua y los parámetros físico-químicos, que pueden afectar la calidad del agua y la viabilidad de las actividades económicas que dependen de estos embalses.
Cerca de mínimos históricos
A nivel nacional, la situación de los embalses es alarmante. Los niveles del 49,83% registrados al 20 de septiembre de 2024 no solo marcan un punto bajo en lo que va del año, sino que se acercan a los mínimos históricos alcanzados en marzo de 2020, cuando los embalses cayeron a un preocupante 34,62%.
Las diferencias regionales en los niveles de los embalses son significativas. Mientras que la región del Valle presenta el nivel más bajo con un 36,48%, otras regiones como el Oriente y el Caribe muestran niveles más favorables. En el Oriente, los embalses se encuentran al 55,52%, mientras que en el Caribe, los niveles son los más altos a nivel nacional, alcanzando el 74,39%. La región Central, que incluye embalses claves para el suministro de agua a Bogotá y otras ciudades, registra un nivel del 52,02%, lo que también genera preocupación.
Este desequilibrio en los niveles hídricos refleja una falta de uniformidad en las precipitaciones, agravada por la presencia del fenómeno de El Niño, que ha reducido las lluvias en varias partes del país. Sin embargo, el operador XM subraya que las cifras reportadas diariamente se basan en los datos proporcionados por las empresas generadoras de energía hidroeléctrica, quienes reportan los niveles de sus embalses antes de las 6:00 a.m. cada día.
El Quimbo, quinto a nivel nacional
Aunque el embalse de Betania se utiliza principalmente para la producción piscícola, su importancia en el sistema energético no debe subestimarse. Betania tiene un volumen máximo técnico de 195,23 GWh y un volumen máximo útil de 120,61 GWh. Esto lo convierte en un embalse de relevancia para la generación de energía en la región, aunque su uso principal sigue siendo el soporte a la industria piscícola, que es clave para la economía del Huila.
Por otro lado, el embalse de El Quimbo, con un volumen máximo técnico de 1,299.62 GWh y un volumen máximo útil de 1,080.74 GWh, es el quinto más grande del país en términos de producción de energía. Su papel en el sistema interconectado nacional es crucial, ya que su capacidad permite generar energía para cubrir una gran parte de la demanda del país.
Expertos señalan que El Quimbo solo entraría en una crisis de producción energética si su nivel de llenado cayera por debajo del 10%. Afortunadamente, el embalse ha mantenido niveles por encima de este umbral crítico, a pesar de la reducción en la oferta hídrica en los últimos meses.
Racionamiento de agua
Ante la situación actual, varias ciudades y municipios han empezado a implementar medidas de racionamiento de agua. En Bogotá, el alcalde Carlos Fernando Galán ha reintroducido el racionamiento semanal, que implicará una interrupción del servicio de 24 horas cada ocho días en sectores asignados. Esta medida busca enfrentar la reducción en los niveles de los embalses que abastecen a la capital y asegurar un suministro sostenible en medio de la crisis hídrica.
Además de Bogotá, 11 municipios de Cundinamarca también han adoptado medidas similares, interrumpiendo el servicio de agua de manera programada para reducir la demanda y evitar un colapso en el sistema hídrico.
A medida que Colombia se enfrenta a uno de los momentos más críticos en términos de oferta hídrica y generación de energía, es fundamental que tanto las autoridades como los ciudadanos tomen medidas para reducir el consumo de agua y energía, mientras se espera que las lluvias previstas para finales de septiembre y octubre alivien la presión sobre los embalses. Sin embargo, el país debe prepararse para escenarios más prolongados de crisis hídrica y energética, ya que los efectos del cambio climático seguirán afectando las fuentes hídricas y la capacidad de generación eléctrica en el futuro.