En un evento celebrado en el Parque Renacimiento de la capital colombiana, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, hizo un llamado a la Fuerza Pública del país para que deje atrás el concepto del «enemigo interno» y se eduque en los principios de la democracia.
El acto fue parte del cumplimiento del acuerdo amistoso suscrito por el Estado colombiano ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en relación con el caso de la ejecución extrajudicial del joven Diego Felipe Becerra.
Durante su discurso, el mandatario colombiano pidió al director de la Policía Nacional, General William René Salamanca, que distribuyera la Carta Interamericana de los Derechos Humanos entre todos los miembros de las fuerzas de seguridad, incluyendo a las Fuerzas Militares, con el objetivo de fomentar la discusión y la comprensión de los derechos humanos.
«Una Policía sin enemigo interno es una Policía humana. Una Policía humana es una Policía que sabe que su esencia fundamental es defender derechos y libertades de todo ser humano en el territorio, independientemente de cómo piensa, de qué plata tiene en el bolsillo, de cómo viste, de qué pinta las paredes o no las pinta, de su propia diferencia», afirmó el presidente Petro.
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Diego Felipe Becerra fue asesinado el 19 de agosto de 2011 por un miembro de la Policía, y su caso se ha convertido en un símbolo de las ejecuciones extrajudiciales en Colombia. El acuerdo amistoso establece que el Estado colombiano debe pedir perdón a la familia de la víctima por su responsabilidad en su muerte y restituir su buen nombre en un acto público.
El presidente Petro elogió la rebeldía de Diego Felipe y destacó que las sociedades avanzan gracias a las personas dispuestas a desafiar el statu quo. «Si no fuese por esa rebeldía, la existencia de la humanidad hace tiempo se hubiera ido al matadero», expresó.
El concepto del «enemigo interno», al que se refirió el presidente Petro, es una concepción militar y de Estado que se aplicó en Colombia para enfrentar amenazas relacionadas con la seguridad nacional. En su discurso, Petro instó a las fuerzas de seguridad a abandonar este concepto y a servir a la ciudadanía en lugar de considerarla como un enemigo.
«A una democracia significa que este Estado es sirviente de la ciudadanía«, enfatizó el presidente. Sin embargo, señaló que el acto de reconocimiento estaba lejos de ser democrático, ya que representaba el reconocimiento de «un Estado que mata a la ciudadanía».
Además, el presidente Petro lamentó que el Estado colombiano aún no haya reconocido plenamente el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, a pesar de haber firmado el tratado internacional. Hizo hincapié en la importancia de acatar todas las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y señaló que, de las 22 sentencias emitidas, solo una se ha cumplido.
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