Es preciso tomar conciencia del cuidado y la atención que amerita la salud mental, dándole importancia y espacio en nuestras vidas cotidianas; por ello, es importante copar nuestro tiempo e interés en actividades que nos motiven, apasionen y llenen espiritualmente.
El hecho de que una deportista de élite, medallista olímpica, sometida a una inmensa presión por su constante exigencia de resultados exitosos, haya privilegiado su bienestar mental antes que las competencias y sus altas posibilidades de medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio, puso sobre el tapete, nuevamente, la trascendencia de atender integralmente nuestra salud mental que es un estado de bienestar en el cual reconocemos nuestras propias aptitudes y somos capaces de afrontar el estrés de la vida.
“Somos seres humanos, no solo entretenimiento”, es la lección que dejó la gimnasta Simone Biles, cuya validez no se circunscribe a la órbita deportiva sino a todos los ámbitos de la vida cotidiana, en especial en este tiempo de pandemia en que se han agudizado los padecimientos relacionados con la salud mental debido a la incertidumbre, al confinamiento, a la sobreinformación y al temor permanente al contagio y el riesgo de muerte.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 80 % de los colombianos ha presentado entre uno y tres síntomas de depresión en algún momento de su vida, de los cuales el 25 % corresponde a niños y adolescentes. Así mismo, un estudio de la Universidad Nacional en conjunto con la Universidad de Barcelona, con 18.000 colombianos, estableció que el 35% de ellos presentó problemas depresivos durante el confinamiento general por la pandemia, entre junio y septiembre de 2020.
Margaret Wehrenberg, autora del libro ‘Pandemic Anxiety: Fear, Stress, and Loss in Traumatic Times’, resalta el impacto en la salud de estos momentos de incertidumbre, “de sentirnos azotados entre la ansiedad y la depresión, de ver cómo se marchitan las predicciones de los expertos y se retrasan los objetivos, ha hecho que muchas personas tengan la sensación de que viven en una especie de niebla, con el mundo coloreado de gris”. También define que largos periodos de estrés crónico e imprevisible pueden provocar anhedonia conductual o pérdida del interés y de la capacidad de sentir placer en sus actividades cotidianas.
Por esto, la OMS recomienda reducir la exposición a noticias no verificadas y recurrir a fuentes informativas fiables, conservar rutinas diarias en la medida de lo posible o establecer nuevas, levantarse y acostarse a una hora similar, tomar comidas saludables, hacer ejercicio de forma habitual, así como conversar y compartir con familiares y amigos presencial o virtualmente.
Es preciso tomar conciencia del cuidado y la atención que amerita la salud mental, dándole importancia y espacio en nuestras vidas cotidianas; por ello, es importante copar nuestro tiempo e interés en actividades que nos motiven, apasionen y llenen espiritualmente. Además, disfrutar al máximo lo poco o mucho que tengamos, gozar plenamente de la compañía de los seres queridos y vivir plenamente cada segundo que la vida nos regale, como medios virtuosos y esenciales para conseguir el anhelado equilibrio emocional, pieza fundamental para el logro de la salud mental, la felicidad y el bienestar integral.