Las oleadas de calor que se han venido presentando durante los últimos días, han puesto en evidencia el nivel de vulnerabilidad en que se encuentran los ecosistemas estratégicos en el departamento. Uno de los mayores desastres de carácter antrópico que se presentan en el territorio, corresponde a los incendios forestales que son provocados por el accionar irracional y demencial de algunas personas que desarrollan prácticas agrícolas inadecuadas como rocerías y quemas del material vegetal, que afectan la capa nativa de las mismas. Otros son el resultado del actuar criminal de los pirómanos que son los que provocan de manera intencional, estas propagaciones de fuego en zonas boscosas. Lo grave es que el suelo vuelve a ser escenario de la propagación de varios incendios forestales en las zonas adyacentes, donde nacen importantes recursos acuíferos, que contribuyen al suministro de agua a las bocatomas y a los acueductos municipales. Además, con la tala desenfrenada de árboles, contribuyen a la destrucción de ésta. Otras acciones que son características de los seres humanos que poseen una mentalidad pirómana, satisfacen sus apetitos enfermizos y alimentan el espíritu incendiario, pero que van en detrimento del bienestar de las familias.
El perfil de estos desadaptados es que tienen una historia personal de frustraciones y desajustes emocionales, mal rendimiento escolar y profesional, y frecuentemente con otros trastornos psiquiátricos o defectos físicos. La conducta pirómana sirve como un alivio a situaciones de vacío existencial, aburrimiento, frustración, rabia o deseo de protagonismo y es frecuente el uso de alcohol u otros tóxicos que, con frecuencia, actúa como desencadenante del comportamiento alterado. El clima ha estado variando y las manifestaciones de que se presenten incendios forestales son reales, como las que se han empezado a sentir en las zonas rurales de Palermo, Neiva y Campoalegre entre otras localidades, que han venido enfrentando estos desastres de carácter antrópico, que son ocasionados por estos criminales pirómanos. Estas personas son enfermas mentalmente, que lo conducen a provocar incendios forestales, los cuales se engloban dentro de los trastornos de control de impulsos, como son: abuso de sustancias, obsesivo-compulsivo, y los del estado de ánimo, como los de ansiedad. Se ha demostrado que la piromanía va asociada a distintas patologías con otros síntomas, como son la depresión, tentativa de suicidio, los conflictos repetidos en las relaciones interpersonales y el estrés.
La oleada de incendios forestales que se están presentando específicamente en la zona rural del municipio de Palermo, ha reavivado, aún más, la impotencia colectiva hacia un fenómeno que con altas temperaturas y una sequía considerable parece imparable. Los daños son incalculables con un enemigo que no tiene piedad y que lo destruye todo a su paso: el fuego. Ya van más de mil hectáreas quemadas que están afectando a los nacederos de agua, que suministran este preciado líquido a los acueductos veredales.