Piscicultores en la región de Betania se encuentran en una lucha contra el tiempo a medida que los niveles de agua en el embalse han caído drásticamente en las últimas dos semanas. La situación más crítica se registra en Puerto Seboruco, donde la sequía está obstaculizando la producción y amenazando la entrada de insumos esenciales para la acuicultura.
Diario del Huila, Panorama
Los piscicultores del embalse de Betania han emitido un llamado urgente debido a la brusca disminución de los niveles de agua en la zona, lo que los ha llevado a enfrentar una situación crítica.Durante las últimas dos semanas, los niveles de agua en el embalse han descendido de manera abrupta, lo que está obstaculizando tanto la salida de la producción como la entrada de alimentos y recursos esenciales.
El escenario se ha tornado complejo debido a la temporada de verano, que ha provocado la disminución de los niveles de los embalses, afectando no solo a Betania, sino también al embalse de El Quimbo. Sin embargo, la afectación más directa se ha concentrado en el Puerto de Seboruco en Betania, donde los descensos abruptos en el nivel del agua han creado extensas playas de lodo, dificultando el acceso de vehículos.
Jorge Alberto Forero González, gerente de Piscícola Fishco S.A.S., señala que esta situación extremadamente delicada ha causado pérdidas económicas significativas. El retraso en el transporte del pescado y las maniobras requeridas para liberar vehículos atrapados en el fango han generado contratiempos en la operación, disminuyendo la eficiencia en la entrega de productos, tanto en la planta de procesamiento como en la cadena de frío.
Sin agua
Desde hace unos 15 días, los niveles de agua en el embalse disminuyen debido a la generación de energía. Los sectores conocen las dificultades del verano previas.
En muchas ocasiones, los propios piscicultores han tenido que comunicarse entre ellos para contratar volquetas con material para arreglar caminos y, de esta manera, salvaguardar la producción. Sin embargo, los bajos niveles de agua en el área de Puerto Seboruco han afectado no solo a Piscícola Fishco sino también a otras empresas y a la comunidad en general. Seboruco es un puerto público utilizado para actividades recreativas y deportivas, y los problemas son más acentuados en la comunidad piscícola.
Pérdidas millonarias
Más de 50 piscicultores se ven actualmente afectados por esta crisis. La continuación de los descensos en el nivel del agua en Betania podría poner en grave riesgo la producción y resultar en pérdidas millonarias. Solo el proceso de transporte de los animales para el faenamiento podría representar un costo adicional de entre 300 y 400 millones de pesos por empresa debido a las actuales condiciones.
La imposibilidad de sacar la producción podría agravar aún más la situación, aumentando las tasas de mortalidad en el embalse y generando costos adicionales en todos los aspectos de la operación. Además, el transporte del concentrado necesario para alimentar a los peces se ha vuelto una odisea y conlleva costos adicionales.
El panorama futuro es aún más complejo, ya que los estudios del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) sugieren que la temporada de verano se extenderá hasta finales de año y podría continuar hasta marzo o abril de 2024.
Los piscicultores hacen un llamado a las autoridades gubernamentales para que colaboren en la reparación del puerto y busquen soluciones con ingenieros para abordar este problema constante. Solicitan especialmente a la Gobernación del Huila la disponibilidad de maquinaria amarilla.
La solución
Hernán Sogamoso Guzmán, asesor en acuicultura, respalda esta petición y sugiere una solución inmediata que incluye la distribución de material de balastro en el sector del embarcadero.
«Los piscicultores pedimos una solución inmediata que consiste en llevar material de balastro (recebo). Necesitamos alrededor de unas 50 volquetadas para distribuirlas en el sector del embarcadero». Además, se requiere un vibro compactador para endurecer el terreno, permitiendo así la extracción del pescado y la entrada del concentrado sin inconvenientes. A mediano o corto plazo, piden la cofinanciación de un proyecto de placa huella que abarque alrededor de 500 metros, lo que resolvería definitivamente esta problemática.
La situación en Betania no solo amenaza la economía de los piscicultores, sino también la seguridad alimentaria y el bienestar de la comunidad en general. Los llamados de auxilio de estos trabajadores se hacen cada vez más urgentes a medida que la sequía persiste y agrava sus condiciones de trabajo. La colaboración de las autoridades es esencial para enfrentar esta emergencia acuícola y garantizar un futuro sostenible para la piscicultura en la región.
