En Colombia, más de tres millones de jóvenes entre los 15 y los 28 años no estudian ni se encuentran trabajando. Según el Dane, esta cifra representa el 27,5% de la población en dicho rango de edad, tras cifras del trimestre móvil de noviembre de 2022 a enero de 2023, en ciudades como Neiva.
Diario del Huila, economía
Por: Gloria Camargo
Más de tres millones de jóvenes entre los 15 y los 28 años no estudian ni se encuentran trabajando en Colombia, lo que equivale al 27,5% de la población en dicho rango de edad, según las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, para el trimestre móvil de noviembre de 2021 a enero de este año. De ese número, dos millones son mujeres y un millón son hombres, lo que representa el 18,1% y el 9,4%, respectivamente.
Esta problemática es especialmente grave en el país, donde el desempleo juvenil duplica el desempleo nacional, afirmó Iván Jaramillo, investigador del observatorio laboral de la Universidad del Rosario. Según el experto, en 2020 la tasa de desempleo juvenil era del 20%, una cifra muy alta, y entre noviembre de 2021 y enero de 2022 llegó al 20,6%, 1,4 puntos porcentuales más que la cifra con corte a diciembre de 2021. No obstante, la cifra es menor que la alcanzada en enero del año pasado, cuando llegó al 22,7%.
Impacto socio-económico
Según Jaramillo, en Colombia tiene que ver con la falta de oportunidades de empleo para los jóvenes, así como la falta de conexión entre los temas de formación para el trabajo y la demanda laboral. Además, las carencias en materia de recomposición de habilidades en la formación para el trabajo derivan en que los jóvenes tienen dificultades, además de la carencia de experiencia, para acceder a un primer empleo.
Frente al tema, Stefany Monroy, psicóloga egresada de la Universidad Surcolombiana, señaló en referencia a las características de esta población que se debe en parte a la coyuntura social actual del mundo.
“Se origina desde las diferencias situacionales que se están presentando, un poco debido al uso de las redes sociales y a los medios masivos de comunicación, donde los jóvenes ven otras formas de generar proyectos de vida, que de pronto están totalmente diferentes a lo que tradicionalmente se conoce”, indicó la profesional.
Sumado a ello, el Dane también indicó que entre noviembre y enero de 2022 – 2023, la tasa global de participación de la población joven en el total del país fue del 54,3%, lo cual representa una disminución de 3,2 puntos porcentuales si se compara con la tasa del mismo periodo del año anterior, que fue del 57,5%.
“Muchas veces lo que sucede es que los jóvenes tienen niveles de frustración muy bajos y buscan tener una recompensa muy rápida. Les causa mucho trabajo proyectarse a largo tiempo, o sea, donde se requiera que durante algún tiempo exista un esfuerzo permanente para construir”, agregó Monroy.
Una realidad que chocaría con la realidad virtual, donde ven que “es mucho muy rápido el tema de la redes sociales, donde nos vende la idea que podemos ser‘influencers’ o en donde creen que a través de otro tipo de acciones se pueden alcanzar unos proyectos de vida estables, pero que también termina siendo un tema de esfuerzo y dedicación en el mundo digital”, indicó.
No obstante, también hay problemas con el acceso a sistemas de formación que tienen carencias en materia de cobertura pública, y la informalidad también es muy alta, lo que lleva a tener una tasa tan alta de jóvenes que no estudian y no están ocupados.
“Otros aspectos que vemos es que muchos de estos adolescentes jóvenes están en regiones descentralizadas de Colombia, donde la formación académica y laboral son espacios donde hay carencia y la oportunidad es baja, por lo tanto ellos no tienen acceso a espacios educativos, culturales, de formación y demás”, puntualizó la psicóloga.
Monroy señaló en referencia a los impactos que se pueden generar por esta situación es que muchos jóvenes a hoy no cuentan con un proyecto de vida, “no pueden reconocer sus capacidades porque nunca tenido la oportunidad de explorar ni de ser partícipes. Encontramos jóvenes adolescentes que no tienen un proyecto establecido. Muy posiblemente lo que sucede es que vamos a tener adultos no sepan relacionarse con ellos ni con la sociedad, porque cuando yo estoy en un espacio educativo o laboral, tengo herramientas para poder relacionarme de manera abierta, pero cuando estoy ahí, sin hacer nada y esperar que todo me llegue, pues en algún momentose va a facturar ese proceso”, indicó.
Mercado laboral de la Juventud
La Gran Encuesta Integrada de Hogares del Dane es una herramienta clave para comprender la dinámica del mercado laboral colombiano, así como para identificar las características de la población económicamente activa en el país. Esta encuesta proporciona información sobre el empleo, el desempleo y la inactividad, así como datos sociodemográficos que permiten caracterizar a la población según sexo, edad, nivel educativo y afiliación al sistema de seguridad social en salud, entre otros aspectos.
En el trimestre móvil noviembre 2022 – enero 2023, se registró un aumento en la tasa de ocupación para el total de personas entre 15 y 28 años en Colombia, la cual se ubicó en 45,3%, presentando un aumento de 2,2 p.p. en comparación con el trimestre móvil anterior. Esto significa que, en ese periodo, 45,3% de la población joven en Colombia se encontraba trabajando. A su vez, la tasa de desempleo de la población joven se ubicó en 18,2%, registrando una disminución de 2,4 p.p. frente al trimestre móvil anterior.
En cuanto a las ramas de actividad económica, se destacaron el Comercio y reparación de vehículos con el mayor número de ocupados (19,3%), seguida de Agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca (13,8%). Por su parte, las Industrias manufactureras fueron la rama de actividad que más aportó positivamente a la variación de la ocupación con 1,7 puntos porcentuales.
A pesar de los datos alentadores en materia de empleo y desempleo, aún hay un gran número de jóvenes en Colombia que no estudian ni trabajan. Según la encuesta, en el trimestre móvil noviembre 2022 – enero 2023, la población de jóvenes entre 15 y 28 años que no estudiaba ni se encontraba ocupada fue de 2.906 miles de personas, lo que representó el 25,6% de las personas en edad de trabajar para dicho rango de edad.
Es importante destacar que existe una brecha importante en términos de género en esta población. Mientras que la relación para los hombres fue del 8,7%, para las mujeres fue del 16,9%. Esto indica que las mujeres jóvenes tienen una mayor propensión a quedar fuera del mercado laboral, lo que puede estar relacionado con factores culturales y de género que aún prevalecen en la sociedad colombiana.
En cuanto a la posición ocupacional de los jóvenes ocupados, se destacaron las actividades de obrero, empleado particular y Trabajador por cuenta propia, que fueron las posiciones ocupacionales que tuvieron mayor participación de la población ocupada joven, con el 56,2% y el 32,4%, respectivamente.
¿Quiénes son los ‘ninis’?
Tenga en cuenta que el término «nini» no está asociado a una generación en particular, sino que se utiliza para describir a jóvenes que no están estudiando ni trabajando, independientemente de su edad o generación.
Es decir, cualquier persona joven que se encuentre en esta situación puede ser considerada un «nini». Sin embargo, el término se popularizó en la década de 1990 en España y se ha utilizado en distintos países para referirse a este grupo de jóvenes.
A menudo, se considera que los «ninis» tienen un alto riesgo de exclusión social y de no integrarse en el mercado laboral en el futuro, lo que puede tener consecuencias negativas para su bienestar económico y social a largo plazo.
Esta población puede enfrentar varias consecuencias sociales, tanto a nivel individual como a nivel colectivo.
En el plano individual, las personas suelen tener dificultades para acceder a un empleo y, por lo tanto, para generar ingresos económicos. Esto puede llevar a que dependan económicamente de sus familias o incluso a situaciones de pobreza y exclusión social. Además, al no tener un trabajo, los jóvenes pueden perder la motivación y la autoestima, lo que puede llevar a problemas de salud mental, como ansiedad o depresión.
A nivel colectivo, la existencia de una gran población puede tener un impacto negativo en la economía y el desarrollo del país. Al no haber una fuerza laboral joven capacitada y activa, se pierde la oportunidad de invertir en la formación y el desarrollo de habilidades de los jóvenes, lo que a su vez puede limitar el crecimiento económico y la innovación en distintos sectores.
Además, la presencia de una gran población ‘nini ¿puede llevar a un aumento de la delincuencia y la inseguridad, ya que los jóvenes desocupados pueden caer en actividades ilegales para generar ingresos o simplemente por aburrimiento.
