En un conmovedor acto de solidaridad, la Policía y la comunidad de La Plata, Huila, se unieron para cambiar la vida de una madre desplazada y sus tres hijos, dos de ellos con capacidades especiales, quienes llegaron a este municipio huyendo de un desastre natural en Guayabetal, Cundinamarca, en 2022.
Todo comenzó cuando el Grupo de Protección a la Infancia y Adolescencia de la Policía detectó a un niño de 10 años deambulando solo por las calles, en condiciones vulnerables y reciclando con una carretilla deteriorada. El menor fue inmediatamente puesto bajo la protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). Al investigar su situación, las autoridades descubrieron la difícil realidad de su familia: una madre soltera que lucha por sacar adelante a sus tres hijos, luego de que perdieran su hogar en Guayabetal debido a las inclemencias del clima.
Tras conocer el caso, la Policía Nacional implementó una estrategia para mejorar la calidad de vida de esta familia. A través de una campaña de recolección de donaciones, lograron movilizar a comerciantes y ciudadanos del municipio, quienes se sumaron con entusiasmo a la causa.
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Tres fases de apoyo
La intervención se dividió en tres fases. En la primera, la familia fue llevada al centro del municipio para disfrutar de un día lleno de sorpresas. Comenzaron con una visita a un consultorio odontológico que les brindó un servicio integral, seguido por una sesión de belleza para la madre y cortes de cabello para los niños. También recibieron ropa nueva de tiendas locales, y disfrutaron de un almuerzo especial en un mirador del municipio.
Mientras tanto, en la segunda fase, la comunidad y la Policía transformaban su vivienda. La casa fue completamente limpiada y pintada. Se reemplazaron los viejos objetos de reciclaje por muebles nuevos donados, que incluían camas, colchones, utensilios de cocina, alimentos y otros enseres esenciales. Además, pensando en el bienestar y la educación de los niños, les regalaron tres bicicletas para que puedan llegar con mayor facilidad a su escuela y continuar con sus estudios.
Finalmente, en la tercera fase, la familia regresó a su hogar y fue recibida con una emotiva sorpresa. Su vivienda, ahora completamente remodelada, contaba con todas las comodidades que antes les faltaban. Entre risas y lágrimas de alegría, la familia cortó la cinta de inauguración de su nuevo hogar, y compartieron una deliciosa torta con todos los presentes en esta celebración de esperanza y renacimiento.
Este noble gesto refleja el poder de la comunidad y el compromiso de la Policía Nacional para brindar apoyo a las familias más vulnerables, demostrando que la solidaridad y la empatía pueden cambiar vidas de manera profunda y significativa.
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