Según las autoridades el hombre de 22 años que abrió fuego el fin de semana en un club gay en Colorado Springs, oeste de Estados Unidos, dejando cinco muertos y una veintena de heridos, podría ser procesado por asesinato y delitos de odio. Anderson Lee Aldrich, quien fue sometido por asistentes al Club Q el sábado por la noche luego de que disparara a la multitud con un rifle de asalto, se encuentra actualmente hospitalizado en espera de cargos formales, dijo el jefe de policía Adrián Vásquez.
La policía de Colorado Springs dijo que cinco personas murieron y 18 resultaron heridas, 17 con heridas de bala. Otra víctima se encontraba sin “lesiones visibles”, según un comunicado oficial. Además, según lo indicado previamente hasta 30 personas habían resultado heridas.
El jefe de policía condenó lo que llamó un “acto malvado” y se comprometió a hacer todo lo posible para que la comunidad de Colorado Springs se sintiera segura nuevamente. Según la policía, el sospechoso ingresó al club e inmediatamente comenzó a disparar
El fiscal del distrito Michael Allen dijo que espera que se presenten cargos de asesinato en primer grado y señaló que “si hay pruebas de delitos motivados por prejuicios, también se lo inculpará por esto. El hecho de que estas víctimas estuvieran en un lugar específico que es frecuentado predominantemente por miembros de la comunidad LGBTQ es una prueba que podemos utilizar”.
John Suthers, el alcalde de Colorado Springs, declaró que, aunque el motivo todavía se estaba investigando, “ciertamente tiene las características de un crimen de odio”.
A su vez, GLAAD, una organización de defensa de la comunidad LGBTQ, detalló que el tiroteo en el Club Q se produjo en vísperas del Día de la Memoria Transgénero, celebrado internacionalmente el 20 de noviembre para honrar a las víctimas de ataques transfóbicos, y en medio de un aumento de la hostilidad contra ese grupo en Estados Unidos.
Este ataque fue el más mortífero contra la comunidad LGBTQ en Estados Unidos desde un tiroteo masivo en 2016 en un club nocturno en Orlando, Florida, que se cobró 49 vidas. Los derechos de las personas transgénero fueron un tema candente en Estados Unidos antes de las elecciones de mitad de mandato del 8 de noviembre, y los republicanos presentaron una serie de propuestas legislativas para restringirlos.