Un comité nacional de operadores del programa ‘De Tú a Tú’ del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), el cual es dirigido para aportar al desarrollo de niños, niñas y adolescentes en condición de discapacidad, expresaron su preocupación por la inminente interrupción de sus servicios. El último día del contrato de varios de los 56 operadores que prestan los servicios de fortalecimiento de capacidades, recreación, merienda, almuerzo, auxilio de transporte y ayuda psicosocial para los menores y sus familias, fue el pasado 31 de octubre. Varios tuvieron que avisarles a sus estudiantes que, debido a la falta de un nuevo contrato entre las organizaciones y el ICBF, la atención quedó suspendida temporalmente.
Según Maria Poulisse, directora de la fundación CE Camilo en Barranquilla y una de las representantes del comité, aseguró que, se viene hablando de la situación con el ICBF desde el mes de septiembre. “Nosotros tuvimos contrato hasta el lunes, por eso el afán de reunirnos y de hablar. El ICBF ya mandó las instrucciones a todas las regionales el viernes para que hagan las invitaciones para contratar”.
Sin embargo, por el momento en el que se lleva a cabo este proceso, los menores en condición de discapacidad, de los cuales muchos provienen de entornos vulnerables, podrían no recibir la atención por varias semanas. “Me ha tocado suspender la atención a los niños. Desde el viernes estoy avisando a todos los papás que la atención era hasta el día y que mañana no los podemos atender. Hasta que tengamos el nuevo contrato con el Bienestar Familiar. Al equipo también, ahora todos están de vacaciones obligatorias. Aspiro que esto dure 15 días, máximo. En el caso nuestro, porque la mayoría de mis compañeros aún no han recibido la invitación. A finales de 2020 fue casi lo mismo. Algunos compañeros firmaron mucho después de que se terminara el contrato. Esos niños estuvieron más de dos meses sin atención”, agregó.
Maria Poulisse, a pesar de esta situación, ve con buenos ojos la gestión de la actual administración en torno a su problemática, pues según ella, “La nueva dirección ha dado instrucciones muy firmes para agilizar la contratación, pero tiene que cumplir los requisitos. Por lo menos, desde Bogotá están presionando para que los regionales se pongan las pilas para firmar rápido. Estamos, en el mejor de los casos, solo diez días sin contrato. En el peor, veinte días”.
Por tanto, resaltó como positivo que será un contrato por un año y no uno que se renueva cada tres meses, como en anteriores ocasiones. A pesar de que este sea un problema, la directora de CE Camilo aseguró que existen situaciones en torno al servicio prestado para los menores en condición de discapacidad que deben ser corregidos.
“Los niños que cumplen uno o tres años en la modalidad tienen que salir y transitar a otro entorno, que muchas veces no existe. Prácticamente, su entorno es estar en la casa con la mamá que tiene que cuidarlo todo el día. También está la difícil situación económica de muchos de los operadores. El ICBF aumenta el valor cada año con la inflación, pero nuestro principal gasto es el talento humano. Si el sueldo mínimo, como el año pasado, sube un 10 % y nos aumentaron el valor del cupo 3 %, es un déficit del 7 % del talento humano. El precio de los alimentos y las tarifas de servicios públicos se duplicaron. Es un desfase en la sostenibilidad del proyecto”, dijo la representante del comité, asegurando que la situación económica es tan adversa que varios de los operadores no volverán a suscribir contratos con el ICBF.
Finalmente, dejó ver que las conversaciones con la nueva dirección del ICBF van por buen camino. Juan Carlos Urrutia, subdirector general, habría sostenido una fructífera conversación con el comité para resolver todas las aristas de la problemática. Lo cierto es que, el ICBF informó el pasado 28 de octubre que se inició el proceso para garantizar la continuidad del servicio “en diciembre de este año” y poder extender la atención hasta la vigencia 2023.