Por más sonrisas

Healing The Children es la campaña que llega cada año al departamento del Huila permitiendo, hasta la fecha, que más de 4 mil niños, niñas y adolescentes de diferentes zonas del país vuelvan a sonreír.

DIARIO DEL HUILA, NEIVA

Por: Angélica Andrade Quimbaya

Tener la oportunidad de conocer sobre la jornada y observar de cerca todo lo que ocurre es una situación difícil de describir, pues en medio de la incertidumbre, usual en todas las circunstancias que tienen que ver con la salud, imperan la esperanza, la gratitud y las ganas de continuar soñando alrededor de las metas que, como familia y personas, se van construyendo, acción que revive a causa del trabajo articulado que surge de las alianzas interinstitucionales de distintas organizaciones públicas y privadas, el aporte de personas comprometidas con las causas sociales y, por su puesto, los grandes, nobles y desinteresados corazones de las decenas de profesionales de la salud de distintas ciudades del mundo que deciden cruzar océanos para llegar al Huila a alegrar vidas y brindar la posibilidad de tejer nuevas expectativas.

Para hacer referencia a los hechos que cimentaron lo que es hoy una exitosa jornada en el departamento del Huila, es pertinente narrar los sucesos que llevaron a que Healing The Children, una de las organizaciones benéficas no gubernamentales, humanitarias y voluntarias más antiguas y grandes del mundo, cuya existencia data de 1979, llegara a la mencionada región del sur colombiano desde el año 1992, cuando la familia integrada por el ingeniero Carlos Fajardo Rodríguez y su esposa Elvira Blanco de Fajardo empezó a gestionar todo lo pertinente para que el programa también beneficiara a la población pediátrica del territorio.

“En 1992, mi papá estaba a la espera de abordar un vuelo comercial hacia Estados Unidos y vio a un niño con el rostro casi desfigurado. Mi papá le tenía fobia a la sangre y todo lo relacionado con la parte clínica y le era incómodo tener que verlo, así que trataba de alejarse, pero el niño le empezó a buscar juego y lo seguía entre esa zona del aeropuerto, mi papá ya se estaba desesperando, no sabía qué más hacer para que ese niño dejara de buscarlo. Cuando inician el proceso de abordaje, mi papá sale rápido y preciso a ese niño le toca en la silla contigua al pasillo donde estaba la de mi papá, él continuaba haciéndole juego y ya el desespero era mayor. Al averiguar, mi papá supo que ese niño estaba con alguien importante de Healing The Children que lo llevaba para operarlo. Ahí averiguó más, empezó a hacer todas las gestiones pertinentes, buscó alianzas, entre esas con Ramiro Gutiérrez, juntos hicieron campañas de donaciones y, al siguiente año, en 1993, ya contaba con toda la logística, el apoyo, los doctores, el personal y los recursos para que esta se hiciera por primera vez en Neiva. Desde esa ocasión, Healing The Children nunca ha dejado de venir, mi papá y mi mamá, que es como la matriarca de la jornada, han estado desde entonces, se tejió una amistad muy fuerte con el doctor David Hoffman y han sido quienes llevan la batuta de todo esto, con el apoyo de las instituciones públicas y privadas. Y yo, en cuanto participé, hace cerca de 18 años, no pude separarme, solo vine una ocasión porque mi papá todo el tiempo hablaba de Healing The Children y asumí que era algo importante para él, así que quise viajar a Colombia para participar y al año siguiente me llamó el doctor Hoffman para que me hiciera cargo de la dirección logística, sin dejar de parar, ya llevo 17 años vinculado a esta labor”, narró Roberto Fajardo, director de logística de Healing The Children, agregando que la campaña que cumpliría 30 años en esta versión, significa mucho para ellos como familia, para los cirujanos Hoffman y María Paz que siempre han viajado desde Estados Unidos y España, respectivamente, para los directivos de las entidades gremiales que han apoyado y, por supuesto, para todos los hogares que han vuelto a tener una esperanza.

Tres décadas

De acuerdo con el doctor estadounidense David Hoffman, cirujano maxilofacial, especialista en labio leporino y paladar hendido, quien desde 1993 viaja cada año al Huila, su vínculo con la región y Carlos Fajardo, el ingeniero que no dejó de mirar al niño de la malformación en el rostro, inició después de haber participado en la primera jornada desarrollada en el departamento.

“Carlos era originario de Neiva, formó a su familia en Texas, pero en esa época quería regresar a su tierra natal y después de eso, el resto es historia. Así pasamos del primer año al segundo, del segundo al tercero, al cinco, al diez, al veinte y ya casi estamos a 30 años. Yo vine a Neiva en ese primer año que Healing The Children llegó al Huila, porque tenía un médico colombiano que trabajaba para mí y me comentó que viajaría a Colombia para participar en la jornada, él me invitó y fue algo orgánico que encajó de manera natural, desde ahí he participado año tras año, excepto en una de las versiones a la que no pude asistir porque había mucha actividad del orden público a causa del conflicto armado”, manifestó el doctor Hoffman.

En cuanto a las razones para continuar en el equipo que llega al Huila cada año, el doctor Hoffman indicó que: “Esto es algo realmente imposible de poner en palabras, es un sentimiento que no se puede explicar, no se puede mencionar alegría, felicidad o tristeza y lo más cercano que tal vez puedo decir, es una frase de Winston Churchill que dice algo como ´tú puedes hacer vida de lo que haces, pero tú haces de tu vida lo que das´. En todos estos años, me ha pasado, por ejemplo, que veo a una mamá traer a su hijo y me doy cuenta de que a esa mamá le hicimos cirugía y ahora esa mamá trae a su niño para que nosotros le hagamos cirugía, es satisfactorio darnos cuenta de que una familia viene hace tanto tiempo y que nuestro trabajo pasa de generación en generación tocando esas vidas”, agregó el doctor Hoffman.

En coherencia, el doctor Hoffman aseveró que él ha venido durante mucho tiempo, está contento y satisfecho de ver que ahora ha inspirado a otros doctores que son más jóvenes, que pueden venir y continuar el legado de lo que empezó hace casi 30 años, para que sea motivación y la prolongación de la jornada en un futuro.

“Una de las mejores cosas que me han pasado en la vida es haber terminado vinculado a este proceso aquí en Neiva gracias a Carlos Fajardo, juntos iniciamos el programa acá en Neiva hace 30 años y desafortunadamente Carlos falleció hace un par de años, la última vez que tuve la oportunidad de verlo, hicimos una reunión de despedida para la gente del equipo de trabajo que no iba a regresar y en ese encuentro, tuve la posibilidad de darle las gracias por ser mi compañero de trabajo durante todos estos años y Carlos respondió ´no, no, el que quiere agradecerle soy yo a usted, David, porque usted me ayudó a ayudarle a tantos niños que es la razón por la cual estoy tan agradecido, usted me dio a mí el mejor regalo que nunca nadie me hubiera podido dar, usted hizo que mi hijo Roberto se involucrara a esta labor y me ayudara a compartir y continuar con mi sueño de vida´. No es de todos los días que alguien dé las gracias por, de alguna manera, poéticamente, devolverle o traerle a su hijo, ahora es el momento de pasarle la antorcha, no solamente a Roberto Fajardo, sino a todos los doctores jóvenes que quieren venir a Neiva para trabajar en este proyecto”, concluyó el doctor David Hoffman.

Gratitud

Para niños y niñas como Mariana, Dilan, César, Santiago o Dayana, Healing The Children es la oportunidad que tienen para cumplir sus sueños, de poder caminar sin dificultad, correr, trotar o jugar fútbol, es la posibilidad de sonreír sin temor al rechazo o la burla, es una nueva razón para lograr bienestar y calidad de vida. Ellos, provenientes de Paicol y de las comunas 6, 9 y 10 de Neiva, hoy salen victoriosos, con más ganas de seguir luchando y de demostrarle al mundo que también pueden alcanzar metas.

“Para mí esta es una gran oportunidad para el desarrollo de la salud de mi hija Mariana, estoy muy agradecida con todos, esta es la segunda vez que la niña entra a una cirugía, ahora la operaron de la cadera y del pie derecho. Le doy gracias a todos los que hacen posible esta jornada, a los doctores que viene de diferentes partes del mundo. Mi niña nació con mielomeningocele, tenía pie equino varo y en esta campaña nos están atendiendo desde que Mariana tiene 7 años, ahora tiene 14 y acá nos han ayudado con todos los procedimientos que se necesitan para la salud de ella, en ocasiones ha sido víctima en el colegio donde me le dicen cosas feas”, Aydé Emir Rivera Salcedo. 

Por otro lado, Marisol Esquivel es una de las beneficiadas que participan en la jornada desde hace 17 años como voluntaria. Su convicción por ayudar a otros niños y niñas que también nacieron con paladar hendido y labio fisurado ha hecho que sea integrante activa del proceso.

“La primera cirugía me la hicieron a los 15 años, yo hablé con el presidente ejecutivo de la CCH y el ingeniero Fajardo, que Dios lo tenga en su santa gloria, es la persona que me ha ayudado a salir adelante y me ha ayudado. Ahora el hijo, que es una maravilla de persona, es quien apoya a liderar todo este programa, a mí me hicieron diez cirugías de labio leporino y paladar hendido. Para mí, la jornada significa muchísima, me siento orgullosa de que vengan médicos de otros países a regalarles una sonrisa a niños y niñas, así como a mí, no tengo palabras para describirlo y por eso soy voluntaria, yo busco y gestiono donación de regalos para los niños, también apoyo durante la jornada en todo lo que más puedo, el ingeniero Fajardo es como un padre para mí y todos los doctores son como ángeles en la tierra”, concluyó Marisol Esquivel.