Por: Juan Felipe Molano Perdomo
Hoy doy final a tres columnas donde mi propósito fue informar a los Huilenses por qué se han silenciado nuestros congresistas, por qué se han invisibilizado, en plena crisis que hoy vive el país; Con ello incentivar para que reflexionen y decidan cambiar su voto, decidan darle las espaldas a quienes nos la han dado todo el tiempo y no revivirlos políticamente.
Como nunca el país había vivido una crisis social tan profunda, donde los ciudadanos decidieron salir a las calles a protestar y a poner su diario vivir sobre el asfalto muchas veces caliente, a exponer sus vidas y señalar con contundencia que llegaron al límite, que ya poco se puede perder, que los políticos no los representan, que entendieron que la dinámica debe ser otra, que el poder del voto está en los ciudadanos, que la democracia representativa tiene validez y valor, siempre y cuando los elegidos respeten el pacto suscrito con sus electores y elevado a lo más alto de una dignidad como lo debe ser un Congresista o un Presidente de la República.
Termino pidiéndole a los Huilenses que es hora de enviar a descansar a los políticos que bien o mal, (según cada uno de los lectores), nos han representado pero que les agradecemos se hagan a un lado y den paso a nuevas generaciones, esas que vienen con ímpetus y valentía, que de no hacerlo corren el riesgo de salir por la puerta de atrás, como le paso al Dr. Gechem, al Dr. Héctor Javier Osorio y la Dra. Consuelo González de Perdomo, una buena persona pero ya en hora buena de retiro; tenemos a Rodrigo Villalba quien desde 2010 funge como senador y ha sido ponente de varias reformas tributarias y todas ellas lesivas para los colombianos; del Dr. Orlando Beltrán Cuellar quien fuera investigado dentro del Proceso 8.000 por presunto enriquecimiento ilícito, por haber recibido presuntamente un cheque por cerca de 20 millones de pesos de una empresa de fachada del cartel de Cali; Que el clan Andrade en cabeza del ex senador Hernán quien fue investigado por el entramado de corrupción judicial y “el desfalco de Cajanal”; el Exsenador José Antonio Gómez Hermida condenado por el delito de peculado por apropiación; el Dr. Jesús Antonio ‘Tito’ García Cabrera, quien ostentaba la pensión más alta del Congreso de la Republica, 25 millones de pesos y condenado por la justicia; el Dr. Jorge E. Gechem investigado por la Corte Suprema de Justicia por presuntos actos de corrupción en el manejo de multimillonarios recursos de los fondos para la paz, justamente de la entidad que estuvo dirigiendo su hijo, Carlos Eduardo Gechem, Según la Fiscalía, se compraban cupos indicativos a senadores para venderlos y cobrar porcentajes sobre el valor de las obras a ejecutar.
Hoy nos queda claro que los grandes males de los colombianos se centran y radica en congresistas amañados, negociantes, lobistas, sin criterio de la economía social, del desconocimiento del contrato social, de un compromiso insignificante con la austeridad en el gasto. Se ha evidenciado un malestar recurrente desde la creación del 4 por mil, del incremento permanente del IVA y la inclusión de cada vez más de bienes y servicios, donde inclusive le han restado importancia a muchos alimentos que afectan la seguridad alimentaria, donde la variación en la forma de vincularse laboralmente está más del lado de la mentirosa teoría que entre más empresas más y mejores empleos, que el sistema de salud de los colombianos es paupérrimo y es un súper negocio de la intermediación de las EPS, que la educación así no fuera gratuita debería ser de excelente calidad, debería el Estado al menos financiarla y a intereses que generan utilidades sociales y no económicas. Animo podemos ser parte del cambio, sacúdete.