Santiago Ospina López
En días pasados Analdex publicó su informe sobre el movimiento de las exportaciones colombianas durante el primer trimestre de este año, exponiendo una realidad preocupante para nuestra balanza comercial. Durante los primeros tres meses del año las exportaciones colombianas cayeron considerablemente. La cantidad de mercancía exportada disminuyó en un 12% con respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que el valor total de las ventas por exportaciones se redujo en un 15%. Sectores clave para el empleo y la estabilidad social como el agrícola y el manufacturero experimentaron reducciones significativas, lo cual impacta negativamente en la economía nacional y refleja las dificultades que enfrentan los productores y comercializadores colombianos en el mercado internacional.
Uno de los factores más influyentes en esta caída es la disminución de la demanda global de productos similares a los que ofrecemos en nuestra cartera exportable, esto relacionado a la desaceleración económica en mercados ancla y socios comerciales clave, como Norte América y Europa. Adicional a los factores externos se encuentran los ya identificados problemas internos, predominando los altos costos logísticos resultado de la carencia en infraestructura e inversión y el insuficiente apoyo económico para la cadena de productos exportables.
Para revertir esta tendencia, es esencial que tanto el sector público como el privado trabajen en conjunto. Primero, se debe invertir en mejorar la infraestructura logística, facilitando el transporte de mercancías y reduciendo costos operativos. Se han discutido ideas que ilusionan, como una mayor inversión ferroviaria, pero lo que realmente necesita un país tan en paisajes como el nuestro es unificar operaciones e integrar su logística de manera multimodal. Por otro lado, es fundamental fomentar la I+D de los productos exportables, adaptándolos a las demandas cambiantes del mercado global. Aquí es fundamental la implementación de tecnologías avanzadas y sobretodo, el apoyo económico para que pequeños y medianos puedan financiarlas.
La promoción internacional de nuestras exportaciones debe ser una prioridad, y el retorno de su inversión debe medido de manera estricta. El apoyo gubernamental en ferias internacionales es crucial para que nuestras empresas puedan despuntar, y aquí las entidades tienen la responsabilidad de escoger, no sus ferias o destinos preferidos, sino los que mejor se adapten a la necesidad de nuestro tejido empresarial.
Finalmente, es imprescindible fortalecer las alianzas con organismos internacionales y aprovechar los tratados de libre comercio existentes, siendo la meta firmar más. Estos acuerdos pueden facilitar el acceso a mercados potenciales y ofrecer beneficios arancelarios que pueden ser cruciales para que muchas empresas puedan crecer sus operaciones.
Ninguno de estos enfoques es posible si no se cuenta inicialmente con un programa de gobierno coordinado y proactivo, con políticas que incentiven la colaboración público- privada.
La situación actual de las exportaciones colombianas es preocupante, pero no insuperable. Con una estrategia moderna y bien planificada que incluya mejoras en infraestructura, innovación, facilidades tributarias, promoción y alianzas internacionales, es posible revertir la tendencia y revitalizar el sector exportador, garantizando así un crecimiento sostenible y mayor competitividad para las empresas nacionales.
Con el aroma de un café huilense los saludo,
Santiago Ospina L.