(Parte I)
Por: Adonis Tupac Ramírez
Muchos me hacen esta pregunta y siempre contesto con una frase un poco cliché (creo que muy cliché): soy médico porque quiero ayudar a los demás.
Esta misma pregunta se la he hecho a muchos de mis colegas y estudiantes y casi todos han respondido que uno de los factores que motivaron su decisión fue la vocación de ayudar a los demás, la emoción que tiene el ejercicio de la medicina, la probabilidad de investigar y algunos pensaban solamente en el “estatus social” y la remuneración económica.
Empecé mi formación como médico en 1992, un año antes de que iniciara el proceso de la ley 100, la cual ha sido criticada y golpeada por muchos, pero que su voluntad, en esencia, fue el cubrimiento en salud para todos, lo cual parcialmente se logró, pues también cambió el panorama para muchas personas que no tenían el acceso a la salud. Los problemas de la ley han sido todos los procesos de corrupción en la creación de las famosas empresas prestadoras de salud (EPS), las cuales han administrado de forma carroñera los recursos con beneficios para muchos políticos y diferentes “empresarios” de la salud. Esta ley cambio toda la visión del médico, disminuyó los ingresos, volviéndolos empleados y asalariados, además destruyó toda la capacidad de organización sindical. A esto se suma que los grandes emporios también se hicieron dueños de las facultades de medicina, con todo un negocio redondo, produciendo mucha mano de obra de calidad no adecuada para disminuir el costo de los salarios médicos.
Mi decisión de ser médico no fue influida por la familia, mi mamá me recuerda que a los 7 años le dije que sería medico porque quería ayudar a los demás y salvar vidas. No tengo muy claro ese recuerdo, además que no tenía médicos cerca y, ni siquiera en la televisión existía en alguno de los programas, a diferencia de ahora que se transmiten series médicas o realities desde las diferentes áreas de un hospital o clínica.
Continuamos con esta crónica la próxima semana.
