Los costos únicamente experimentaron un incremento del 2,62% para los artículos destinados al consumo interno, mientras que registraron una disminución para aquellos destinados a la exportación. El Índice de Precios al Productor (IPP) cerró el año 2023 con una notable caída del 5,79% anual, según el informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
Diario del Huila, Panorama
El Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, anunció que el Índice de Precios al Productor (IPP) cerró el año 2023 con una notable caída anual del 5,79%. Esta cifra representa una mejora significativa de 27,60 puntos en comparación con el dato registrado en 2022, que fue de 21,81%.
A pesar de este descenso generalizado, el informe revela que los costos de producción experimentaron un aumento del 2,62% al cierre de 2023 para aquellos artículos destinados al consumo interno. En contraste, los valores de producción destinados a la exportación experimentaron una marcada disminución del 24,63%.
Al analizar por sectores, el único rubro que mostró una variación inferior al IPP de la producción nacional fue la explotación de minas y canteras. En cambio, los sectores de Agricultura, ganadería y pesca (-1,20%) e Industrias manufactureras (1,10%) presentaron variaciones superiores a la media.
En cuanto a la variación mensual, el IPP experimentó una caída del 1,45% entre noviembre y diciembre de 2023, registrando una ligera mejora de un punto básico en comparación con el mismo período en 2022.
Estos datos ofrecen una perspectiva matizada sobre la situación económica del país, destacando la disminución anual en los precios al productor, aunque con variaciones notables según el destino final de los productos y los sectores de producción. Este informe será crucial para entender las dinámicas económicas y anticipar posibles impactos en los mercados internos y externos durante el próximo año.
Economía nacional
BTG Pactual, el banco de inversiones líder en América Latina, proyecta un crecimiento económico nacional del 0,7% al cierre de 2023, tras haber experimentado una recesión técnica en la última etapa del año anterior, según lo indica su más reciente informe de perspectivas macroeconómicas.
Según las estimaciones de la entidad, la actividad económica del país se contrajo un adicional 0,3% en el cuarto trimestre, lo que señala una recesión técnica y establece el crecimiento para el año 2023 en el 0,7%. El informe destaca que, a pesar de este panorama, el mercado laboral se mantiene robusto, lo que atenúa las preocupaciones en esta área.
Aunque se anticipa que el Banco de la República continuará con los recortes de tasas de interés, se reconoce que estos podrían no ser suficientes para impulsar la reactivación económica. Sin embargo, se espera una mejora evidente a partir del segundo semestre de este año.
El informe subraya: «Anticipamos una gradual mejora en la inversión privada gracias a la recuperación de los niveles de confianza. Aunque los niveles de inversión se mantengan relativamente estables, sería un escenario más favorable en comparación con la contracción de dos dígitos en la formación bruta de capital fijo que actualmente enfrenta la economía».
En base a este escenario y considerando la ejecución de la inversión planificada en el presupuesto general, BTG espera una expansión del PIB del 1,7% en 2024 y un crecimiento del 2,6% en el año siguiente.
¿Economía mundial crecerá en 2024?
En América Latina, se proyecta que el crecimiento económico experimente una disminución aún mayor, descendiendo del 2,2% en 2023 al 1,6% en el presente año, según las previsiones de la división especializada en asuntos económicos de la ONU. Este retroceso se atribuye en parte a las políticas monetarias restrictivas, la debilidad en el comercio e inversión a nivel mundial, el elevado endeudamiento, los crecientes riesgos geopolíticos y los impactos climáticos cada vez más graves.
El informe de perspectivas para 2024 del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU revela que la economía mundial experimentará una desaceleración, alcanzando un magro crecimiento del 2,4%, por debajo del 2,7% estimado para 2023 y aún inferior al nivel prepandémico del 3%. Este panorama sombrío se atribuye a políticas monetarias restrictivas, debilidades en el comercio e inversión a nivel global, vulnerabilidades derivadas del alto endeudamiento, crecientes riesgos geopolíticos e impactos climáticos crecientes.
El informe también señala que este débil crecimiento representa un obstáculo para avanzar en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Se anticipa un prolongado periodo de condiciones crediticias más estrictas y mayores costos de endeudamiento en una economía global ya abrumada por la deuda. Para cumplir con los ODS, se estima que se necesitan $500,000 millones de dólares anuales en financiamiento, resaltando la necesidad de más inversiones para revitalizar el crecimiento, combatir el cambio climático y acelerar el progreso hacia la agenda de desarrollo sostenible.
Aunque el mercado laboral mundial se ha recuperado de manera rápida pero desigual de la crisis del COVID-19, con resistencia en las economías desarrolladas y desafíos persistentes en países en desarrollo, la inflación se proyecta a la baja, descendiendo del 5,7% en 2023 al 3,9% en 2024. Sin embargo, persisten presiones sobre los precios, y se prevé que una cuarta parte de los países en desarrollo registren una inflación superior al 10%.
El informe destaca que la inflación persistente, especialmente en los precios de los alimentos, ha afectado a los hogares más pobres, aumentando la inseguridad alimentaria. A pesar de una ligera disminución en el número total de personas viviendo en la pobreza en 2023, las tasas de pobreza en países de bajos ingresos siguen siendo elevadas.
En el caso específico de América Latina y el Caribe, se anticipa una desaceleración del crecimiento económico en 2024, con una proyección del 1,6% del PIB regional, frente al 2,2% estimado para 2023. La región enfrenta riesgos tanto externos como internos, con limitaciones para financiar inversiones necesarias debido al alto endeudamiento.
Es crucial redoblar esfuerzos en la reducción de evasión fiscal, aumentar la progresividad de los sistemas tributarios y aplicar políticas macroeconómicas e industriales activas para impulsar el crecimiento, ampliar el bienestar social y fortalecer la resiliencia al cambio climático.