En medio de las altas temperaturas que estamos sintiendo los huilenses y visitantes que durante estos días acuden a nuestro territorio huilense para disfrutar las festividades, hemos sentido un fenómeno económico, que está preocupando seriamente a la estabilidad financiera de las familias huilenses: los precios desbordados. Es asombroso que los empresarios estén aprovechando este cuartico de hora, que les brinda estas fiestas carnestoléndicas por el aumento de la demanda de bienes y servicios que buscan fortalecer la economía regional, que viene en retroceso desde que se posesionó el presidente Petro, por la aplicación incoherente de los instrumentos de la política económica que cada vez agudiza el bienestar de los colombianos.
La sociedad huilense no sale del asombro por la escalada alcista de todos los bienes y servicios durante estas festividades, generando un impacto negativo en los ingresos de la población que vive supeditada a unos ingresos bajos, que no les alcanzan para satisfacer todas sus demandas personales. Las familias cuando acuden a los centros de distribución de víveres y mercancías, especialmente para adquirir los víveres de la canasta familiar, encuentran que los precios se encuentran desbordados, por la situación mencionada en el párrafo anterior y por la especulación de varios propietarios que están aprovechando el momento.
Los precios de las comidas y licores que se expenden están desbordando los precios de mercado. No es justo que se esté presentando este fenómeno. Parece que hemos aprendido los hábitos de los vendedores ambulantes y de algunos negocios en las ciudades costeras del norte de Colombia. Exagerados precios. Igualmente, el transporte público en los taxistas. Hay algunos vehículos que les suenan todo, hasta la carta de venta, y se dan el lujo de cobrar más del doble de las tarifas oficiales autorizadas. Y no se diga los precios de los parqueaderos que no están autorizados por los municipios, donde se desarrollan los san pedritos. Cobran tarifas que superan tres veces las establecidas por las alcaldías municipales.
Recordemos que una vez terminen las fiestas, los propietarios de los establecimientos comerciales y de todas las demás actividades económicas, volverán a la triste realidad que han estado padecimiento durante el presente año. En el corto plazo, las perspectivas no son las mejores en cuanto a la reducción de estas presiones nacionales. Las autoridades monetarias deberán definir el ritmo en el que las tasas de interés se reducirán para contrarrestar esta tendencia, que se espera baje en el segundo semestre. Mayor razón para resaltar la importancia de la independencia y la credibilidad de las autoridades monetarias. En general, una inflación elevada suele ser una mala noticia para todos. Pero este panorama gana mayor relevancia cuando se insertan en la ecuación factores como un menor crecimiento económico proyectado para 2023 y un previsible agotamiento de los ahorros personales.
