Ruber Bustos Ramírez
Como caficultor de Garzón, he visto cómo el esfuerzo y la dedicación pueden abrir puertas insospechadas en el mundo del café. La 9ª edición del Concurso de Calidad ‘Colombia Tierra de Diversidad’, que acaba de iniciar, es una prueba de ello.
Este concurso, único en el mundo, evalúa nuestro café en cinco atributos esenciales: acidez, cuerpo, suavidad, balance y exótico. No solo mide la calidad, sino que es una ventana que la Federación Nacional de Cafeteros abre para enlazar directamente a los mercados internacionales con los productores.
El año pasado, la subasta vinculada a este concurso alcanzó un hito histórico. Se vendió café colombiano al precio más alto jamás registrado: 120,5 dólares por libra. Este precio récord no solo habla de la calidad de nuestro producto, sino de la demanda y el reconocimiento que nuestro café puede lograr en el mercado global. De hecho, el precio promedio de venta en este evento fue de 22,7 dólares por libra, una cifra que representa una mejora significativa para los ingresos de los caficultores.
El concurso es un catalizador para que los productores de café en Colombia aumenten sus ingresos mediante la calidad y diferenciación de su producto. En mi caso, logré que mi café llegara a un mercado tan exclusivo como el de los Emiratos Árabes en 2020. Esto no solo me llenó de orgullo, sino que me permitió demostrar que nuestro café puede competir y destacarse en cualquier rincón del mundo. Llevar nuestro café a esos mercados es mostrarle al mundo lo que somos, una oportunidad que, sin duda, puede traer más rentabilidad.
Este año, la primera etapa del concurso se extiende del 27 de mayo al 22 de julio, convocando a los caficultores a enviar sus lotes a las cooperativas regionales para su evaluación. Posteriormente, se llevará a cabo una selección regional y luego una preselección nacional, culminando con una evaluación por un jurado internacional antes de la Feria Cafés de Colombia Expo 2024. En esta feria se premiarán a los cinco mejores cafés y se realizará la subasta internacional de los lotes participantes.
La historia de Domingo Torres Angulo, quien el año pasado vendió su café al mayor precio registrado, es inspiradora. Recibió cerca de 280 millones de pesos por su lote de 260 kilos de café, una cifra que transformó su vida y es un ejemplo del impacto que puede tener este concurso. Además, los participantes reciben bonificaciones por calidad y premios monetarios significativos.
La motivación entre los caficultores para participar en este concurso crece cada año. Es una plataforma que no solo reconoce y premia la excelencia, sino que también abre puertas a mercados que valoran y pagan bien por la calidad. Como caficultor, puedo decir con orgullo que participar en este concurso y ver mi café llegar a mercados internacionales es una experiencia enriquecedora y una oportunidad para mejorar la rentabilidad de nuestras fincas. Debemos seguir cuidando esta ventana que la Federación Nacional de Cafeteros ha abierto para nosotros, pero también desarrollarnos como representantes del gremio.
Invito a todos mis colegas caficultores del Huila a participar y demostrar por qué somos los primeros en calidad y cantidad. ¡Estamos listos para mostrarle al mundo la diversidad y calidad del café colombiano!