El país se encuentra con un panorama muy preocupante, porque en la mayoría de las regiones se están secando las fuentes hídricas que les permiten el suministro de agua a sus acueductos y por ende, a los hogares colombianos. Se espera que, en los próximos meses, el país atraviese la parte más crítica del fenómeno de El Niño. Si bien el nivel de los embalses no está generando alertas en el corto plazo, hay otros temas que están levantando preocupación. Uno de ellos es el nivel de aportes hídricos que están llegando a las centrales hidroeléctricas. De acuerdo con los datos de Enersinc, los aportes el pasado 11 de enero fueron de 79,48 gigavatios hora día. Esta cifrarepresenta el 56,5 por ciento del volumen histórico de aportes. En el Huila, la intensa sequía ha provocado que los afluentes hídricos estén disminuyendo y por consiguiente los ríos y quebradas que alimentan los embalses del Quimbo y Betania, este generando una mayúscula preocupación energética. Han caído a una cifra del 37% del 100% de su capacidad. Nunca se había presentado esta alerta. Están generando una afectación económica a la población dedicada a la pesca y al turismo.
Por tal motivo, con la intensa sequía que se está presentando en el país, nuestro departamento, no se sustrae a esta gran problemática climatológica que estamos viviendo; se está generando un panorama incierto si se siguen reduciendo los niveles de los embalses del Quimbo y de Betania. En esta última, ha vuelto la amenaza de una tragedia ambiental, porque se puede presentar una mortandad de peces, afectando a los pequeños y grandes productores. Existe un gran desconocimiento de lo que es el cambio climático es en realidad, bien por exceso de información, inexactitud en las fuentes o por desinformación interesada, lo que da origen a una serie de falsos mitos sobre el cambio climático. De manera objetiva, no pretendemos echarles la culpa a factores ideológicos, sino que son muy objetivos los resultados que la comunidad científica difunde sobre sus causas y consecuencias.
Sin sus aguas los embalses no funcionan para la producción de energía, lo cual se presagia que el aumento del kilovatio hora se incremente en los próximos meses y, por ende, los agentes económicos tengan que aumentar sus costos en la prestación de los servicios públicos de agua y energía. Aunque tenemos suficiente energía para superar el fenómeno del niño, dado el comportamiento de los demás embalses en el país, no podemos abusar del uso del preciado líquido. Inclusive Colombia ha sido juicioso en la planificación energética. Aunque somos escépticos, con los anteriores anuncios, desafortunadamente estamos viviendo una realidad climática preocupante. No podemos bajar la guardia. Las lluvias han disminuido y empezamos a tener una generación térmica mucho más alta.