La Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) destacó que el 63% de los asesinatos de sindicalistas en el mundo ocurren en Colombia, lo que refleja la grave situación que enfrentan los educadores en el país.
Durante el transcurso del año, se han registrado al menos cinco casos de profesores asesinados en zonas del Caribe colombiano, donde la presencia de grupos armados y bandas criminales es palpable. Uno de los casos más recientes fue el de Roberto Mejía, un docente reconocido por su compromiso con la comunidad, quien fue brutalmente asesinado en su residencia en la localidad de Juan y Medio, al sur de Riohacha.
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Sobre el asesinato se supo que fueron cuatro los sujetos que con armas y rostros ocultos entraron a la propiedad de forma violenta y se fueron a buscar al docente hasta su habitación, de donde lo sacaron y lo asesinaron a tiros en el patio de la vivienda.
Mejía se convirtió en la última víctima de una ola de violencia dirigida hacia los líderes educativos y sindicales en el país. Otros docentes, como Guillermo Otero, Eliécer Guevara, Efrén de Jesús Zapata Elorza y Luis Alfredo Leones, también perdieron la vida en ataques similares. Todos estos profesionales compartían la característica de pertenecer a sindicatos, lo que ha generado una alerta entre las autoridades y ha impulsado investigaciones para capturar a los responsables de estos crímenes.
Estos ataques se han intensificado en medio de las tensiones entre grupos armados ilegales que disputan el control territorial en la región. La muerte de Mejía sirve como un trágico recordatorio de los riesgos que enfrentan los profesionales de la educación en áreas dominadas por la presencia de estos grupos.
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La situación de los profesores en Colombia, especialmente los que ejercen en áreas rurales afectadas por conflictos, continúa generando preocupación en diversos sectores, incluyendo organizaciones de derechos humanos que han denunciado reiteradamente la violencia dirigida hacia líderes sociales y educadores.