Son preocupantes las cifras de las personas que han buscado quitarse la vida en el departamento del Huila. Es tarea inaplazable para nuestra sociedad atenuar las penosas cifras de suicidio que se están presentando en el país y específicamente en nuestro territorio. Que un alto porcentaje de huilenses hayan tenido intenciones de quitarse la vida antes de llegar a la mayoría de edad, tal vez explique algunos de los problemas especialmente los socioeconómicos y emocionales que enfrenta la población antes de llegar a etapa de su existencia. Igualmente, estos casos que enfrenta el país se presentan en cabeza de los adultos. No sobra insistir en que el país debe tomar en serio esta problemática, con políticas fuertes, metas claras, responsables definidos y un horizonte establecido para que la curva vergonzosa deje de crecer.
Es indispensable impulsar la eliminación del estigma y las descalificaciones que enfrentan quienes padecen trastornos psiquiátricos. Este accionar debe ser prioridad, no solo de la política sanitaria específica en este campo, sino de la comunidad en general, si se quiere avanzar de manera segura hacia el objetivo de atenuar este problema de salud. De acuerdo con estadísticas promulgadas por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, en el país se presentaron en la vigencia los siguientes suicidios: 2018: 2.448; 2019: 2.550; 2020: 2.379; 2021: 2.595 suicidios. Pero en nuestro departamento se han presentado durante los últimos tres años, 78, 83, 98 respectivamente y hasta noviembre habían ocurrido 92 casos.
En la región, por cada 100.000 personas, 45 de ellas han intentado acabar con su existencia. Siendo los municipios de Aipe, Colombia, Garzón, Hobo, La Argentina, Neiva, Pitalito, Rivera, Tello y Teruel las zonas con mayor riesgo en este fenómeno. Siendo Neiva, la localidad de incidencia más alta de este fenómeno con 21 personas que se quitaron la vida.
El país necesita con urgencia adoptar medidas para prevenir y atender los crecientes problemas de salud mental que amenazan con convertirse en la próxima pandemia. Así de inquietante es la situación que ya desde antes del covid-19 se presentan rezagos importantes en este tema, tanto que la última encuesta de salud mental del Ministerio de Salud (2021) reveló que al menos el 12 por ciento de la población registraba alguna alteración que requería tratamiento, con el agravante de que solo uno de cada diez de ellos lo recibía de manera oportuna y suficiente. Recordemos que todos los huilenses estamos asistiendo a un perturbador panorama de suicidios, a pesar de que el Estado ha puesto ha venido implementando en las comunidades diversos programas y los medios de comunicación, abren sus canales a las personas que padecen estos trastornos mentales, con el fin de prevenir o en su defecto para denunciar esas intenciones macabras.