El desfinanciamiento de la universidad Surcolombiana tiene preocupados a estudiantes y docentes dado que posiblemente no podrán culminar el periodo académico 2022 – 2. Actualmente, el faltante presupuestal es de aproximadamente $3.600 millones y aunque posiblemente llegue un dinero del Gobierno Nacional, hasta el momento no es oficial y, por tanto, se buscan estrategias para poder cumplir con el calendario académico.
DIARIO DEL HUILA, PRIMER PLANO
Por: Johan Eduardo Rojas López
La universidad Surcolombiana viene afrontando un difícil panorama financiero pues en la actualidad, según la cuenta existente, el presupuesto no permite cumplir el periodo académico 2022 -2 en su totalidad. Napoleón Gómez Lamus, representante Estudiantil al Consejo Superior Universitario, explicó la situación y remarcó la preocupación que los alberga.
Según el representante estudiantil, a mediados de agosto se tuvo certeza, según la información oficial dispuesta por la administración de la universidad Surcolombiana, que existía un faltante presupuestal de aproximadamente $3.600 millones para cubrir ciertos gastos.
“Específicamente los gastos de docentes ocasionales y catedráticos, así como también de docentes visitantes a partir del 13 de noviembre en adelante. El periodo académico se aprobó desde el 5 de septiembre hasta el 13 de noviembre, pudiendo realizarse 10 semanas de clase y las otras 5 semanas restantes para culminar el calendario académico están pendiente de financiación y son las que para poder realizarse necesitan esos $3.600 millones con los cuales hoy no cuenta la universidad. Ese déficit presupuestal nos impide terminar cinco semanas de clase del periodo académico 2022 – 2”, indicó.
Por lo anterior, esas cinco semanas estarían previstas para realizarlas durante el año 2023, a partir de enero. Sin embargo, si llega la plata antes de finalizar octubre, se podría culminar el periodo académico 2022- 2 hasta el 18 de diciembre.
Esta situación afectaría, de acuerdo con Dolly Arias, docente de la universidad, “a los estudiantes porque se les fragmentan los tiempos lo cual impacta económicamente su situación y a los profesores, ocasionales, catedráticos y visitantes, se les afectarían sus derechos laborales. La única posibilidad de culminar sin tropiezos este año, es que se giren esos dineros faltantes. Ese es el anhelo de la comunidad educativa en su conjunto”
Contó, además que, hay preocupaciones diversas, mismas que han movilizado a un grupo de estudiantes y docentes, quienes han acudido a instancias nacionales para gestionar la asignación de unos recursos pendientes por girar.
Un aliciente
Ahora bien, durante la rueda de prensa que ofrecieron los congresistas asistentes durante la primera audiencia pública de la reforma a la ley 30, el delegado del ministerio de Educación, Ricardo Moreno, informó que ellos estaban gestionando un recurso importante para la universidad Surcolombiana.
De acuerdo, con lo que recordó Gómez Lamus, se informó que ellos estaban gestionando aproximadamente $1.900 millones para la USCO y se mencionó que iban aportar $1.500 millones del descuento electoral que la universidad le da a los estudiantes y, por lo tanto, el Ministerio de Educación se lo da a la universidad. Sin embargo, la segunda cifra ya está incorporada dentro de las cuentas, es decir, que los $1.500 millones no se restaría de los $3.600 millones. “Igual estarían faltando todavía aproximada $1.700 millones para poder cubrir el valor presupuestal, pero también hay que tener en cuenta que lo dicho por el ministerio, aunque nos da confianza, es un anunció y no algo oficial”, agregó el representante.
Pero ahí no para todo, pues si no se consiguen los recursos este año, aparte de tener que finalizar el semestre el próximo año, el presupuesto seguramente del 2023 tampoco alcanzaría y, por el contrario, se iría acumulando. Y es que, el 2023 ya tiene unos recursos garantizados, pero los $3.600 millones faltantes para esta vigencia, igual harían falta, lo que significa que, dentro de esos recursos “garantizados” habría que sumar el faltante presupuestal e inclusive más.
“De hecho, el costo se podría elevar un poco porque se tendría que hacer un ajuste dado que se cambia de año y se cargaría al gasto del 2023 un gasto del 2022 y probablemente el otro año tampoco alcanzaría la plata porque así pasó este año. Lo que tocaría en su defecto es ver qué alternativas se inventan la admiración y la comunidad estudiantil para conseguir esa plata. Lo que probablemente nos da el Gobierno Nacional es positivo y hay expectativas de una parte del recurso, pero la otra sigue faltando y eso sigue siendo un problema”, insistió.
Concluyó, además, afirmó que, las medidas que quiso tomar la universidad se trataban de desmejorar las condiciones de los docentes y eran según su definición “espontaneas” puesto que la crisis recaía sobre los docentes y estudiantes. Finalmente, expresó que, lo que se percibe en el plantel educativo corresponde a inconformismo con la administración de Nidia Guzmán y la no aprobación de su gestión.
¿Qué pasa con el restaurante?
Las preocupaciones para los docentes y estudiantes continúan puesto que al parecer las raciones de comida en la universidad alcanzarían hasta el 24 de octubre aproximadamente dado que la comida que se brinda actualmente hace parte del contrato de prestación de servicio de restaurante para el periodo 2022 -1.
Gómez Lamus, señaló que, “ese contrato, desde nuestra opinión tuvo unos sobrecostos con respecto a la última fecha de prestación del servicio que fue en el año 2020. Hubo un aumento por encima del crecimiento de la inflación determinado por el DANE para los alimentos y bebidas no alcohólicas, del 80% y una disminución en la cobertura del 15% de las raciones para el semestre”.
Básicamente, como el semestre empezó tarde entonces quedaron raciones para el periodo 2022 – 2, que son las que actualmente están brindado y se acabarán pronto. En consecuencia, durante este fin de semana el Consejo Superior Universitario se percató de que la administración de la universidad sacó a licitación el nuevo contrato para prestar el servicio durante el tiempo restante. Sin embargo, les preocupa que al parecer aumentaran más el costo de las raciones de alimentos.
“Según nos informaron iban a aumentar más el costo de las raciones de alimentos. Pero no me refiero al costo que paga cada estudiante porque se seguirá pagando $1.500 y el resto lo subsidia la universidad, por tanto, me refiero al costo total que tiene la ración. Nosotros estamos muy preocupados porque nos parece que la calidad del servicio no es óptima y que esas raciones no cuestan 7.800 y mucho menos los 8.400 que parece que quieren cobrar por ración. Por esa razón, muy seguramente durante esta semana los estudiantes estaremos exigiendo a la administración modificaciones en ese contrato”, aseguró.
Respuesta
Por su parte, Eduardo Bautista, vicerrector administrativo de la USCO, respondió a las declaraciones, aclarando que, existe un desfinanciamiento histórico en el sistema universitario estatal de Colombia producto de la expedición de la ley 30 de 1992 y la universidad Surcolombiana no es ajena a eso.
“Esta desfinanciación no es solo exclusiva de la USCO sino de todas las universidades públicas de todo el país. Toda esta carga que tiene que asumir la universidad pública queda corta frente a lo que se transfiere por parte del gobierno nacional. Nosotros recibimos la universidad con un presupuesto elaborado y distribuido. Allí se indicaba que para poder funcionar en el 2022 hacía falta alrededor de $14.000 millones, faltante que todos los años ha existido en la universidad, pero se van superando en la medida que llegan los recursos del gobierno nacional, sin embargo, siempre estamos limitado de recursos sobre todo en el tema de funcionamiento”, detalló.
Por tanto, han buscado varias estrategias administrativas que consisten en la reducción de gasto. Ahora mismo, están a la espera de unos recursos económicos que serán transferidos por parte del gobierno nacional para ojalá poder culminar el semestre 2022-2, de lo contrario, no será posible. “Esta administración está tratando organizar la casa porque se enfrentó a la pandemia y cinco rectores encargados, eso genera que la universidad haya estado desorganizada”, sostuvo.
Dijo también, que el servicio de restaurante está garantizado para que funcione hasta el final del semestre. Además, hay que tener en cuenta que el precio de los alimentos está por las ‘nubes’ y a medida que aumentó el costo de vida pues incrementa desde luego el valor del contrato. “Nosotros somos de las pocas universidades que estamos garantizándole alimentación a los estudiantes de lunes a domingo, la ración, es balanceada y está supervisada por el nutricionista”, agregó el vicerrector administrativo de la USCO.