El Rincón de Diana
Por: Diana Montes
En cada proceso electoral, los candidatos a cargos de elección popular inundan el escenario político con una serie de promesas y propuestas. Sin embargo, es fundamental que los aspirantes a gobernar presenten programas de gobierno técnicamente viables, que se puedan llevar a cabo durante su mandato. Esta es una cuestión de suma importancia, ya que el incumplimiento de las promesas de campaña socava la confianza del pueblo en las instituciones democráticas, generando un sentimiento de desilusión y frustración comprensible.
La presentación de programas de gobierno realistas implica un ejercicio de responsabilidad y una muestra de respeto hacia los ciudadanos. Es esencial que se sustenten en estudios técnicos, análisis de factibilidad y una comprensión profunda de la realidad económica, social y política del territorio que se pretende gobernar. Un programa de gobierno viable debe tener en cuenta las limitaciones presupuestarias, el periodo constitucional de gobierno, así como los posibles obstáculos que podrían surgir durante la implementación.
El incumplimiento de las propuestas mina la credibilidad de los candidatos y, por ende, la confianza del pueblo en el sistema democrático. Los ciudadanos tienen derecho a exigir que lo prometido sea factible y que existan planes para llevarlos a cabo. La falta de cumplimiento perpetúa el escepticismo y la desconfianza en las instituciones, lo que socava la democracia.
La realización de un programa de gobierno no implica necesariamente que todas las promesas se cumplan al pie de la letra, ya que las circunstancias pueden cambiar y surgir nuevos desafíos durante el periodo de gobierno. Sin embargo, es esencial que los candidatos sean transparentes y honestos con respecto a las limitaciones y dificultades que puedan encontrar en la implementación. La sinceridad y la claridad son fundamentales para mantener la confianza del pueblo.
Es responsabilidad de los ciudadanos estar informados y evaluar críticamente los programas de gobierno. Adquirir la mayoría de edad no es sólo ir a la Registraduría a reclamar la cédula, implica asumir la responsabilidad de participar críticamente del debate político, ejerciendo la razón pública. Es esencial que los votantes analicen la viabilidad de las propuestas, evalúen la trayectoria y la capacidad de los aspirantes para cumplir sus promesas y consideren el historial de gestión y liderazgo de cada candidato. ¡Que se hagan costumbre los liderazgos para avanzar!