En la canción vallenata del maestro Escalona, La custodia de Badillo, se escucha este estribillo, y quien me lo hizo recordar fue el Doctor Carlos Yepes con el artículo publicado por el Diario del Huila, en el que hizo referencia a la degradación a que ha llegado el liderazgo político en la región, titulado “los amigos de mi padre”.
Solamente voy a permitirme relacionar y transcribir algunos apartes de su magnífica columna de opinión que les cae, como anillo al dedo, a algunos mandatarios que tomarán posesión próximamente, de los cargos a los que fueron elegidos en los comicios de concejales, ediles, diputados y gobernadores
El Dr Yepes, nos dice lo siguiente: “El departamento ha sido adoptado por una senda de politiquería y corrupción que limita su desarrollo; el huilense de a pie no cree en sus líderes y los jóvenes se están yendo del departamento”. Nos dice que, “en las tertulias de los mayores, a quien denomina octogenarios, estos coinciden en que hoy el Huila respira corrupción pues los valores inculcados por ellos se han perdido, los esfuerzos realizados se han venido diluyendo en su mayoría”
“Ha surgido una nueva clase emergente que opaco a la que venía; en el Huila ha ganado la trampa, la acción mal intencionada, la prebenda, las roscas que mantiene poderes locales rodeadas de camarillas de aduladores; estamos ante una sociedad donde todo vale en función del dinero, una nueva sociedad que ha venido robando al departamento de manera continua y descarada”.
Coincidimos en un todo con lo que afirma tan categóricamente el distinguido profesional y economista huilense el Dr Carlos Yepes.
Todo lo que nos dice el Dr Yepes es una realidad, pero necesitamos para la tranquilidad de todos, antes de que comience la fiesta, se pongan las autoridades, “del cura pa,abajo a requisar”.
Yo llegué a creer que éramos muy pocos los que pensamos así, después de conocer los informes de la Contraloría General de la Republica sobre la deshonrosa calificación que le ha venido dando en sus informes, sobre corrupción oficial al Huila, al que califican como el noveno más corrupto del pais. Y que, en los últimos 17 años, excepción del actual gobierno, las pérdidas por robos al erario público, (regalías) superen anualmente los $35.000 millones de pesos.
Les llego la hora a los nuevos gobernantes de demostrarle a la ciudadanía que ellos, serán todo lo contrario a los anteriores promotores de la calamitosa corrupción. ¡Ver para creer!
Le corresponderá al Dr German Casagua devolverle la confianza a los Neivanos y al nuevo, y casi octogenario gobernador, lo propio.
Yo no alcance a ser gobernador, pero si un buen alcalde de la capital, y desde esa posición conjugamos el verbo honestidad. Que fácil es ser un buen gobernante si se tiene como tarea ser un buen ser humano.
Los ganadores reciben un mandato de quienes los elijen, y los que no votaron por ellos guardan la esperanza de ver resultados acordes con el desarrollo comunitario y el mejoramiento de sus vidas. Feliz año para todos los amigos lectores de esta trinchera. Julio Bahamon