ALFREDO VARGAS ORTIZ
Orgullosamente Docente y Abogado Universidad Surcolombiana
Doctor en Derecho Universidad Nacional de Colombia
Está claro para todos los ciudadanos de Neiva que la situación de inseguridad de la ciudad no resiste un día más, y por ello hacemos un llamado a las autoridades administrativas y de policía para que tomen cartas en el asunto, pues la responsabilidad constitucional y legal de la seguridad de nuestra ciudad está claramente definida. En el actual Alcalde de Neiva, Germán Casagua, al Comandante de la Policía Metropolitana, a la Fiscalía General de la Nación, al Ejército Nacional y a los demás cuerpos de seguridad y defensa para actuar con contundencia y sin vacilación ante las sistemáticas y violentas agresiones que sufren nuestros ciudadanos.
Es importante también reconocer que la bomba social que tiene la ciudad —desempleo, pobreza, más de 90 mil desplazados por la violencia, el alto número de población migrante, entre otros factores— es el caldo de cultivo para lo ocurrido. Las reglas de la evidencia muestran que los problemas de seguridad y convivencia son multicausales. Una causa generalizada en todos los países y ciudades tiene que ver con la pobreza y el desempleo, lo que lleva a jóvenes y personas vulnerables a optar por el difícil camino de la delincuencia. Detener este fenómeno implica, claramente, iniciar campañas agresivas de empleabilidad y de subsidios que ayuden a desestimular los factores objetivos de la violencia.
Por lo tanto, se debe entender que no solo los encargados de la seguridad tienen que hacer su trabajo. Los responsables de la educación, la cultura, la salud, la infraestructura, la movilidad, entre otros, son igualmente responsables de que nuestros jóvenes se eduquen en la calle y opten por el camino de la ilegalidad y la violencia. Ya es hora de que toda la institucionalidad se tome la ciudad; a los delincuentes hay que buscarlos para ofrecerles la mano amable de las oportunidades y el emprendimiento, y la mano dura del Estado para que entiendan que tomar el camino equivocado tiene verdaderas consecuencias. Necesitamos a los funcionarios pagados con nuestros impuestos presentes en las calles, en los barrios y asentamientos, interviniendo y ayudando a mujeres, niños, ancianos y jóvenes sin oportunidades, para que el Estado haga frente a la dramática situación que enfrentamos hoy.
Las organizaciones religiosas, el empresariado, las organizaciones civiles, las instituciones educativas y, principalmente, las universidades deben organizarse y ayudar en la búsqueda de personas potencialmente en peligro de caer en la ilegalidad, brindándoles apoyo y ofreciendo todas las oportunidades posibles de educación, salud, vivienda, empleo, etc. Por otro lado, resulta igualmente necesario que los organismos de seguridad y defensa actúen con mayor inteligencia para atacar a los delincuentes profesionales, quienes en última instancia son los encargados del suministro de armamento, de la compra de los objetos robados y de reproducir la violencia que todos conocemos. Ante ellos, la justicia y la mano firme, para que de manera sistemática y en conjunto con todos los sectores, se genere el rechazo social y la solidaridad de toda la ciudad, actuando masivamente contra cualquier agresión que surja contra los ciudadanos de Neiva.
Es hora de convocar a una gran movilización por la seguridad y la convivencia de nuestra ciudad. Los buenos siempre somos más, y los enemigos de la armonía y la paz tienen que entender que la unidad de nuestra población será la mejor respuesta para que nunca se repitan más los hechos que han cobrado la vida, la dignidad e integridad de nuestros paisanos. Los invito a todos a agruparse y a trabajar 24/7 por la seguridad y la convivencia de nuestra ciudad, y para ello, “en lo que sea menester, que sea” tal como dijo Luis Carlos Galán.
