Por: Ariel Peña
Con motivo del paro, en noche del pasado sábado 15 de mayo, un grupo de vándalos en presencia de miles de jóvenes quemó en el Monumento a los Héroes de Bogotá, la estatua del libertador Simón Bolívar; por lo tanto se puede inferir que esa acción corresponde a una parte de la “brisa bolivariana”, que Diosdado Cabello el segundo de la camarilla comunista venezolana advirtió desde octubre de 2019, por las protestas que se realizaban en ese año en algunos países de la región y que sacuden nuevamente a Colombia.
Quemar la estatua de Bolívar como parte de la “brisa bolivariana”, es una contradicción en los términos, pero sabemos que los seguidores del engendro marxista con sus diferentes remoquetes utilizan a los próceres de la historia latinoamericana para descrestar ingenuos, caso de Fidel Castro en cuba con José Martí o Hugo Chávez con Simón Bolívar, a lo que hay que agregar que en Colombia las guerrillas comunistas de las Farc fundaron el 29 de abril de 2000, “el movimiento bolivariano por una nueva Colombia”, y el Eln es muy cercano y protegido por el régimen de Nicolás Maduro que se proclama bolivariano.
Lo anterior demuestra cómo se manosea la imagen del libertador, por parte del comunismo totalitario, cuyos dirigentes y militantes deberían estar poniendo el grito en el cielo en Colombia y Venezuela por la quema de la estatua del Libertador, pero no, debido a que la utilización de Bolívar responde a una entelequia para sacar dividendos políticos, y ante las protestas populares de estos días, en donde facciones marxistas utilizan la violencia desmedida para alcanzar sus torvos objetivos, la figura del libertador queda en cenizas, sin que tenga dolientes dentro de los que la han utilizado burdamente su imagen.
Y es curioso que el senador Gustavo Petro, al observar la falta de control por parte de los organizadores del paro, que se lleva a cabo en el país por estos días, dicho senador de incendiario ahora quiere ser bombero; pero además Petro no condena la quema de la estatua de Bolívar en el Monumento a los Héroes, recordando que fue militante del M-19, movimiento que se proclamaba como bolivariano y también fue camarada de Hugo Chávez quien exaltaba a Bolívar, aunque el personaje venezolano lo debía hacer para tramar a los cándidos, sin embargo públicamente decía idolatrar al Libertador.
Dentro de los engaños comunistas en lo que se refiere a Simón Bolívar, está el de utilizar su nombre para revolverlo con el de Karl Marx, cuya doctrina en su aplicación práctica es responsable de 140 millones de asesinatos, desde el asalto bolchevique en Rusia en 1917, hasta nuestros días, de ahí que igualar el nombre de Bolívar con el padre del comunismo totalitario, como lo hizo Chávez y los denominados bolivarianos es una gran traición a la memoria del padre de la patria.
Karl Marx en una biografía publicada en 1858, de su puño y letra, acusó a Bolívar de cobarde, canalla y traidor, también le endilgó la entrega de Francisco Miranda a los españoles en 1812, lo que demuestra que la pretendida simbiosis comunista entre el Libertador y Marx, es como juntar a la luz con las tinieblas, o algo similar a crear una religión entre Jesucristo y los fariseos quienes fueron los responsables de la muerte del Maestro, de ahí que es un perverso revoltijo el que hacen los comunistas llamados bolivarianos, pero que lo usan como patraña para engañar ilusos valiéndose del atraso ideológico de algunos pueblos de la región; por lo que no sería extraño que los comunistas estuvieran de acuerdo con la quema de la estatua de Bolívar.
Quemar la estatua del padre de la patria en Bogotá, es igual a que en Paris se incendiara un monumento a Napoleón Bonaparte; y no nos imaginamos ¿qué les pasaría a los pirómanos? si en una dictadura comunistas, por ejemplo: quemaran en China una estatua de Mao Zedong, o de Kim Il Sung en Corea del Norte o de Ho Chi Ming en Vietnam, de igual manera en Cuba ¿qué les ocurriría a unos jóvenes si le prenden fuego a cualquier símbolo del Che Guevara?, en atención a lo cual en Colombia se debe hacer un llamado a respetar los símbolos patrios e históricos, y en eso las entidades educativas tienen una gran responsabilidad.
La noticia de la quema de la estatua de Bolívar es mundial, a la cual los llamados grandes medios de comunicación en Colombia con su frivolidad característica apenas la mencionan; subrayando que el hecho ocurrido en el Monumento a los Héroes hace parte de la posmodernidad, en donde no existe la razón, ni la verdad, ni la ética y mucho menos la lógica, pues todo es permitido, debido a que lo único que valen son las emociones, astutamente instrumentalizadas en la gente joven por parte de la secta marxista leninista, para provocar el caos, pescando en río revuelto y llevar a cabo sus planes hegemonista, utilizando los paros y las movilizaciones que actualmente se viven en Colombia.
Una de las disculpas frecuentes cuando hay actos terroristas o vandálicos en un plantón o manifestación, es la de señalar a unos infiltrados como responsables de la violencia, lo que es absurdo porque en medio de tantas personas es ilógico que un grupo minúsculo haga lo que le plazca, sin que la inmensa mayoría no lo advierta y pueda controlar los desmanes, luego hay complicidad o desidia en situaciones como la que ocurrió en Bogotá el sábado 15 de mayo en la noche.
No queremos pensar, que en los actos violentos que han ocurrido en Colombia desde el 28 abril, hay gente que se está anticipando al “nuevo orden mundial” con el “Gran Reseteo, o Gran Reinicio” que convierte a las personas en zombis, para defender intereses económicos y políticos de élites inescrupulosas, que conspiran en contra de la estabilidad de un país, ya que actos de fuerza bruta como la quema de la estatua de Bolívar no tiene sentido, a no ser que ese acto incalificable también sea un componente de proyectos turbios, que mueven sus tentáculos para llevar a Colombia a una dictadura sempiterna y por eso el leninismo enseña, que: “salvo el poder, todo es ilusión”, sin que importen las penurias de las masas.
Así que el bolivarianismo comunista es una narrativa canalla, que se ha utilizado groseramente por individuos de aleve condición para esclavizar a los pueblos, que en la presente situación nacional usan a la justa lucha social y a las víctimas, para sus aviesos objetivos, puesto que poco les interesa las reivindicaciones y el bienestar de la población, debido a que lo que buscan es el poder político, sin importar si les toca gobernar en un desierto o en algo similar al mismísimo infierno y, la “brisa bolivariana” del chafarote comunista de Diosdado Cabello es un inmenso ultraje a la memoria de quien nos dio la independencia.