DIARIO DEL HUILA, PRIMER PLANO
Por: Daniela Gutiérrez
Gustavo Petro y Rodolfo Hernández se verán enfrentados en segunda vuelta. El primero quedó de con una intención de votos de 40, 52% y el segundo con el 27,93%. Ambos tienen una contienda electoral que deberá definirse en 15 días donde los colombianos tendrán la oportunidad de definir el rumbo del país; que en cualquiera de los dos casos será un cambio drástico. ¿Quién será el próximo presidente de la República?
“¿Cuál derrota?, ocho millones de colombianos y colombianas libres en pie. Aquí no hay derrota. Por ahora no seremos gobierno”, fue lo primero que dijo Gustavo Petro en su discurso al final de las elecciones a la presidencia que lo dejaron como ganador contra Rodolfo Hernández con quien aún tendrá que enfrentarse en segunda vuelta al no alcanzar la mitad más uno para poder ser presidente de la República en primera.
Con el 27,93% Rodolfo Hernández se posicionó en el segundo puesto y dará la pelea en segunda vuelta contra el representante del Pacto Histórico a quienes cerca de dos tercios de personas le demostraron su apoyo el domingo en las urnas.
Lo anterior no deja de ser una real sorpresa puesto que en las últimas encuestas el ingeniero Hernández no superaba el 20%; lo que lo hacía una amenaza para Federico Gutiérrez, sin embargo, hoy el que no la tendría del todo fácil sería, según las adhesiones que podrían surgir de las derrotas de Gutiérrez y Fajardo, el candidato de la oposición.
Aunque Colombia históricamente ha sido un país de derecha, parece que los cambios estarían por llegar. La derrota del candidato del uribismo significaría que el país no quiere continuar con lo ya construido ni tampoco un “cambio responsable” como era la bandera de algunas de las candidaturas de quienes ya no hacen parte de esta contienda electoral.
Los perfiles
Gustavo Petro, exguerrillero del M-19, exalcalde de Bogotá y Senador de la República, lleva cerca de 20 años ejerciendo la política y es la segunda vez que aspira a ser presidente de Colombia. Como ha sido de conocimiento público, Petro en medio de su militancia a los 21 años ya estaba envuelto en la política de Zipaquirá, primero como personero, luego como concejal.
Esto sin duda ha marcado su carrera política y ha sido blanco de todo tipo de opiniones. Pasó año y medio en la cárcel y luego el M-19 se acogió a los acuerdos de paz que firmó el Gobierno Nacional.
En el 2011 tuvo la oportunidad de llegar a la Alcaldía de Bogotá y su gobierno es recordado por el sin fin de escándalos en torno a la crisis en la recolección de basuras que llevó a su destitución y posterior restitución.
Lo anterior la sido la base para forjar su discurso de “perdón social” generalizado para los victimarios, basado en la «verdad y reparación de las víctimas, a través de mecanismos concretos», y que tendría lugar en el contexto de «dos siglos de guerras perpetuas» en Colombia.
Por su lado, Rodolfo Hernández es un empresario que saltó a la fama luego de sus discursos anticorrupción. Fue Alcalde del Bucaramanga y con casi seis millones de votos con la ‘Liga de Gobernantes Anticorrupción’ pretende dar la pelea camino a la presidencia de la República, sin embargo, su más recientes escándalos manchan la bandera anticorrupción de su campaña al verse involucrado en un caso que es investigado por la Fiscalía.
La imputación, de la que se ha declarado inocente, apunta a que hubo presuntas irregularidades en un contrato de consultoría sobre las tecnologías para el manejo de los residuos en el relleno sanitario de El Carrasco, en Bucaramanga, cuando era alcalde. El valor de ese contrato ascendió a 336 millones de pesos colombianos (poco más de US$ 85.000 dólares al valor de cambio actual).
De acuerdo con algunos reportes, el ingeniero tendría 34 investigaciones disciplinarias en la Procuraduría por escándalos con la autoridad. A esto se le suma la polémica que ha generado su mayor fuente de ingresos; la construcción de viviendas de interés social ya que en varias ocasiones ha manifestado que «Necesitamos que los empresarios entiendan que el mejor negocio del mundo es tener gente pobre con capacidad de consumo, porque los pobres consumen toda la plata», dijo en enero en una transmisión en redes sociales.
Cambios drásticos
Petro y Hernández representan por lo anterior y por sus programas de gobierno un cambio fuerte en la historia de Colombia. Por un lado, Petro representa lo que sería una reforma de fondo a la economía del país, y Hernández la “muerte política” para quienes buscan perpetuarse en el poder.
Ambos tendrán que buscar “ajustar tuercas” en sus discursos para buscar atraer a la mayor cantidad de votantes posibles que les generen la victoria el próximo 19 de junio; fecha programada para definir quién llega a la Casa de Nariño. Frente a esto, las campañas serían impredecibles.
Según expertos politólogos que han divulgado sus posiciones en distintos medios, Rodolfo tendría que contar con las redes clientelistas y Gustavo tendría que mostrarse como fiel defensor de la institucionalidad.
¿Cómo llegar a la presidencia?
El candidato del Pacto Histórico ganó en las en las zonas más desposeídas de Colombia y en la mayoría de los centros urbanos más importantes, como Bogotá, Cali y Cartagena. Unió a numerosos sectores de la izquierda y centroizquierda, pero no logró uno de sus objetivos centrales: ganar en primera vuelta. Le faltaron dos millones de votos.
Lo que debería buscar ahora Petro, es recoger los votos de Sergio Fajardo; quien en sus declaraciones abiertas antes de las elecciones habría dicho que su campaña terminaba el día de las elecciones y que no habría coaliciones y, por otro lado, buscar la estrategia para atraer a lo que podría denominarse el “uribismo” quienes perdieron su ficha a la presidencia de Colombia.
Un factor diferencial también representa para cualquiera de los dos candidatos los votos en blanco 366.623 que representa el 1,73%, no marcados que fueron 29.715 con el 0,13% y nulos que llegaron a 242.629 con el 1,13%. Así mismo, la cantidad de personas que faltaron por ejercer su derecho al voto que fueron 17.583.608 ciudadanos.
Con estos números podría jugar a su favor y además se tiene en cuenta que, la mayoría de las personas que no votaron podrían encontrarse en regiones apartadas donde la movilidad hacia los centros de votación se dificulta, donde evidentemente ganó y también aprovechar el discurso machista de Hernández con su discurso de igualdad.
Lo más probable es que en miras a la segunda ronda Petro exponga más su faceta de estudioso que lleva décadas construyendo un sólido plan de gobierno y sume perfiles moderados y de gran preparación que den confianza en lo económico y lo técnico.
Lo polémico
En el caso de Rodolfo Hernández, quien se ha vuelto polémico por sus discursos anticorrupción, por su vocabulario ordinario, por un programa de gobierno para muchos improbable al igual que la falta de propuestas claras para temas álgidos como la reforma a la justicia, también ha logrado calar en la sociedad colombiana a través de un excelente manejo de las redes sociales.
Se ha convertido en el claro ejemplo que la verdadera encuesta es el día de las elecciones y no en las plazas públicas. No ha tenido problema en mostrarse ignorante frente a temas de gobierno, despacharse contra cuanto servidor público denunciado por corrupción en Colombia.
Sin embargo su discurso anticorrupción se vería afectado tras recibir el apoyo de toda la maquinaria política que apoyaba a Federico Gutiérrez quienes rechazan un cambio drástico; representado por Petro y son muy críticos de las protestas.
Lograr un equilibrio entre la ruptura que lo hizo popular y el continuismo que lo puede llevar a la presidencia parece ser el reto de Hernández. Pero sería fácil. La disputa se va a concentrar en las zonas donde Petro no ganó con más del 50%. En regiones como el centro del país, donde Hernández tuvo un desempeño notable, aunque haya ganado Petro, pero con menos del 50%, es donde se definiría la elección.
De alguna manera, Rodolfo le habría quitado el discurso del cambio a Petro y eso podría ser blanco de que no posee de mayor plan de gobierno que acentúe los planes que tiene en un futuro cercano para el país.