ERNESTO CARDOSO CAMACHO
Termina la gran cumbre global de la COP 16 con más dudas que certezas acerca del compromiso real de los países miembros en la protección pronta y eficaz de la biodiversidad del planeta.
El evento realizado en Cali permitió establecer que si bien es cierto la preocupación de los gobiernos y organizaciones internacionales ambientales, por las evidentes manifestaciones del cambio climático, el cual genera desastres naturales como el que recientemente azotó la provincia española, también es evidente que el discurso ideologizado y dogmático de ciertas ONG que han convertido el tema ambiental en un discurso político, nada trascendente están aportando para controlar y mitigar sus efectos.
Al parecer, éste discurso viene siendo estimulado por personas y organizaciones que combaten con cierta dosis de extremismo a la industria de los combustibles fósiles y de extracción de ciertos minerales; pero además se oponen con vehemencia a la generación hidroeléctrica, exigiendo el cambio o la transición a las llamadas energías limpias; las cuales se producen de fuentes naturales que se renuevan más rápido de lo que se consumen y que no son contaminantes; argumento que tiene mucha fuerza conceptual pero al tiempo busca un indiscutible propósito económico que conduzca a la consolidación de monopolios privados y/o estatales, donde las utilidades podrán ser tan grandes como las que ha originado la industria petrolera.
Por tanto, si bien el argumento ambiental es indiscutible, dada la progresiva intensidad del cambio climático, también existen serios argumentos científicos que sin demeritarlo, lo explican como fenómeno cíclico del planeta en su permanente evolución en los miles de millones de años de existencia, el cual como se ha visto en la historia de la humanidad la obliga a su resiliencia permanente.
En éste contexto es que podemos ubicar la postura persistente del presidente Petro y de su ministra de ambiente, quienes junto a otros integrantes del gobierno del cambio, lograron obtener la sede de la Cop para Colombia, la que a pesar de tanta prensa radial, televisiva y de redes sociales, no logró convocar la asistencia de los jefes de Estado o de Gobierno de muchos países, circunstancia en la cual sin duda alguna, la notoria ausencia del presidente Lula pudo haber significado el mayor fracaso en la apuesta de Petro, por la elemental razón de que en su persistente discurso ambientalista, el eje central ha sido la Amazonía como el gran pulmón del mundo para combatir el cambio climático, siendo evidente entonces que como Brasil comparte en más del 70% la extensa región amazónica, su desplante hacia Petro es realmente significativo.
Desde luego la ausencia de Lula ha sido relacionada también con su distanciamiento político hacia Petro por el tema de la dictadura de Maduro, hecho de política internacional que ya deja sin piso el vedado apoyo de Petro al dictador, el cual al parecer, tiene su fundamento en que lo necesita para que le ayude con el ELN y la Disidencia de Márquez para su aventura cada vez más agonizante de su “paz total”.
En conclusión, siendo indiscutible que por el cambio climático es indispensable la transición energética del planeta, no es sensato pretender que los países en desarrollo como Colombia; tengan que hacer lo que ha ordenado el gobierno Petro; en el sentido de prohibir tajantemente la exploración y explotación de los combustibles fósiles y de condenar como lo hace con insistencia, la generación hidroeléctrica en la que Colombia tiene grandes avances sin causar alteraciones ambientales, pues al fin de cuentas ésta es también una fuente de energía limpia.
Pretender ser el salvador del planeta como lo ha planteado Petro en diversos foros internacionales, incluida la ONU, es una clara muestra de su personalidad mesiánica y de una postura ambientalista extrema con alta dosis de demagogia populista.
No es entendible ni justificable que padeciendo la Nación colombiana de tan alta y peligrosa crisis fiscal de sus recursos, se haya querido extinguir la industria minero energética, cuando su contribución fiscal a la Nación y a los territorios, tiene tan alto peso en el presupuesto y genera numerosos empleos de calidad, amén de contribuir significativamente en la dinámica económica del país.
COLETILLA,- La significativa derrota del liberalismo petrista liderado por Velasco, a cargo del expresidente Gaviria en la convención del partido liberal, constituye un esperanzador panorama para lo que habrá de venir en las elecciones del 2026.