Por: HAROLD SALAMANCA
La salud en Colombia parece haber adoptado una narrativa de realismo mágico, donde los sucesos surrealistas se entrelazan con la cotidianidad. Un capítulo reciente protagonizado por el Ministerio de Salud y Protección Social ha dejado perplejos a muchos, llevando la trama a terrenos desconocidos.
En un giro sin precedentes, el Ministerio presentó una demanda de acción popular contra 21 Entidades Promotoras de Salud (EPS). La acusación: comprometer el acceso a la seguridad social y no cumplir con los requisitos financieros de la Superintendencia de Salud. Sin embargo, la ironía no pasa desapercibida, ya que parte de la carencia de recursos en el sistema se atribuye a la falta de oportunidad en el giro de presupuestos y a cálculos financieros deficientes.
La demanda invoca derechos colectivos: la defensa del patrimonio público, la moralidad administrativa y el acceso eficiente y oportuno a la seguridad social en salud. Un llamado a la Superintendencia Nacional de Salud y a la Contraloría General de la Nación para intervenir en esta trama, donde la autonomía del ente de control fiscal es puesta a prueba.
La sorpresa se mezcla con desconcierto al observar que, a pesar de configurarse incumplimientos desde 2016, la Superintendencia de Salud no ha hecho valer sus facultades. ¿Es acaso un despliegue de realismo mágico que las entidades de control no logren tomar las acciones pertinentes e imponer las sanciones necesarias para plantar orden y hacer cumplir la normatividad vigente? ¿Es necesario recurrir a los jueces de la república para que esto ocurra?
La columna vertebral de esta historia parece tambalearse, y las incógnitas sobre la comprensión del sector, la estrategia clara y el futuro de la salud en Colombia surgen de manera urgente. Mientras la demanda despliega un episodio más en este drama, el país aguarda en vilo la reforma de salud que se debate en el Congreso. Los colombianos anhelan una garantía: que la prestación de servicios de salud sea eficiente y oportuna para todos los beneficiarios del sistema.
En este cuadro de realismo mágico, la incertidumbre persiste. ¿Logrará el sistema de salud colombiano encontrar su camino en medio de este enredo surrealista? ¿La acción popular se convertirá en la vía para que las entidades vigiladas por el estado cumplan la ley? Solo el tiempo develará el futuro de la salud en Colombia, donde la realidad y la fantasía se entrelazan de manera inesperada. ¡No se pierda el próximo capítulo de esta telenovela!
