En ese observar y auscultar cómo es el trabajo en diferentes aspectos de la economía colombiana, Diario del Huila indagó sobre el trabajo de una recepcionista-camarera. Su jornada, el entorno, cómo llegó a esta labor. Esta es la historia de vida de Yurany Andrea Álvarez Román.
Yurany Andrea Álvarez Román, nació en Apía Risaralda en medio de una familia de origen campesino, su infancia transcurrió entre el campo y el pueblo para adelantar sus estudios hasta terminar el bachillerato.
«Mi infancia fue como la de toda familia que lucha por salir adelante en la vida, mis padres me dieron estudio hasta el bachillerato, luego me casé, ya tengo dos hijas y en ese trascurrir me certifiqué con el Sena en Hotelería. Eso me llevó a trabajar desde hace cuatro años en Santuario, otra población de mi departamento de origen”, contó.
Yurany, tiene 36 años y sus hijas 13 y 18 años, actualmente está separada y se dedica a trabajar y a sacar adelante a sus niñas.
“Ellas son las que me acompañan en la actualidad, Valentina y Manuela, que están estudiando, con ellas vivo en Santuario”, comentó.
“Comencé haciendo cursos de guarda de seguridad, cuando estaba viviendo en Pereira en donde residí durante un tiempo, fui operadora de medios tecnológicos y a través de estos es que conseguí trabajo de recepcionista en un hotel del Santuario en donde llevo cuatro años”, añadió.
Una nueva meta
“Ya estando como recepcionista- Camarera en Santuario, observé que todos los que se hospedaban en el hotel en su gran mayoría eran, médicos, abogados, ingenieros, profesores, personas de diferentes profesiones, adicional les escuchaba en sus historias, que estaban pagando su carrera, que continuaban estudiando de manera virtual o los sábados, entonces me animé y estoy estudiando enfermería, esto tras analizar en mi interior que me gusta servirle a las personas”, agregó.
Lo del trabajo actual
Yurany Andrea Álvarez Román, se enteró que necesitaban una recepcionista en el hotel en el que actualmente labora a través del canal comunitario, una amiga le dijo que necesitaban alguien que laborara en recepcionista y camarería, pasó la hoja de vida y la aceptaron, son ya tres años los que lleva en este trabajo.
Un turno de trabajo comienza a las siete de la mañana y termina 24 horas después, “mi turno lo hago día y noche, para poder descansar o tener dos días libres para mis otras cosas, retorno al tercer día a trabajar otra vez”, dijo.
“Ya la labor como tal consiste en arreglar habitaciones, desinfectarlas, atender la recepción, atender al cliente y de paso hacer todos los oficios de la camarería que consisten en lavar, doblar y planchar entre otros.
Sobre lo difícil o situaciones a las que hay que darles cierto manejo con mucha prudencia Yurany comentó: “a veces hay clientes que estando pasados de tragos o que simplemente creen que porque uno trabaja en esto es una persona que se presta para lo que muchos llaman ‘doble servicio’, es algo que uno aprende a manejar con el tiempo, al principio es difícil porque uno se siente como intimidado, pero finalmente simplemente exige respeto”, relató.
“La contra parte que es la mayoría es gente muy educada, amable que lo trata a uno de una manera especial, la calidad de personas que llegan a este hotel es muy educada de las que uno aprende mucho, son una belleza de personas”.
Una anécdota
Son muchas, pero una que yo recuerde que fue más bien chistosa, como llegan huéspedes de diferentes edades, una parejita que reservó una habitación, en el momento en que llegaron a registrarse en la recepción el señor traía un celular en la mano, se devolvieron a traer las maletas y como cerca había un muchacho, el señor subió diciendo que no le aparecía el celular, fue una situación difícil porque para el hotel que se le pierda algo no es aceptable, pidieron que les dejaran ver las cámaras de seguridad, no se podía, hasta que finalmente el señor bajó de nuevo y descubrió que había dejado el celular en el carro, fue más el escándalo, pero terminó de manera feliz”, comentó y rió.
Al preguntarle de los huéspedes extranjeros que tienen fama de sucios, con prudencia indicó que hay de todo, pero es más la gente que incluso está aprendiendo y colaborando en el tema de reciclaje, con lo que encuentran ordenadas las habitaciones en ese sentido.
Finalmente, al indagarle por qué no hace énfasis en hotelería en cuanto a profesión, enfatizó que ya tiene esa certificación, pero al analizar en torno a la proyección, sirve para el que tenga como montar su propio negocio, poder tener algo propio, eso me desanimó y por eso me decidí ahora por la enfermería, me gusta mucho interactuar con las personas.
Yurany espera culminar su carrera y posteriormente establecerse en los Estados unidos, pero llevar un conocimiento que le permita trabajar en el cuidado de las personas, proyecto que tiene para el inmediato futuro. A manera de mensaje, comentó: “Siempre hay que seguir soñando, luchar por los sueños, porque Dios le da a uno la bendición y uno tiene que ayudarse, nada es imposible en la vida”, concluyó.