Un tío de un menor que tuvo contacto con insurgentes, denunció que la ruta de atención a víctimas de reclutamiento forzado en el Huila, estaría teniendo falencias, pues al dar a conocer su caso, no recibió, según sus palabras, el acompañamiento solicitado. Solamente, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, le ha brindado ayuda a los afectados.
Este fenómeno de reclutamiento de menores, se estaría presentando en los municipios de La Argentina, San Agustín, Oporapa, Pitalito, La Plata e Íquira.
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Un niño de 13 años, fue asediado
En este sentido, el tío de un menor que fue abordado por hombres armados, al parecer disidentes de las Farc, amplió la información suministrada, que salió a la luz pública, el pasado mes de noviembre por este medio. “Mi sobrino que tiene 13 años de edad, fue asediado por dos sujetos, el 14 de octubre del presente año, quienes le dijeron que si le gustaba el dinero, ellos se lo podían dar, y que allá nadie lo iba a mandar. Incluso le mostraron un celular que tenía videos, donde se vería a niños armados y le manifestaron, que si deseaba ganar más plata, podía invitar a otros compañeritos y al día siguiente los recogían”.
El allegado es enfático en afirmar, que (insurgentes) tratan de ‘lavar el pensamiento’ a los niños, para hacerles despertar el interés en el dinero y así reclutarlos.
Cuando el infante, le indicó que se encontraba estudiando: “el reclutador, le dijo que la escuela no servía para nada y si él quería podría llegar a comprarle dos o tres casas a los familiares. El sujeto le dijo que es mejor dejar la Institución Educativa y que se fuera con ellos, quienes lo van a estar esperando y que va a ganar suficiente plata”. Según, las autoridades, a la fecha entre cinco y siete niños, habrían sido reclutados por los actores armados.
¿Y la Ruta de Atención a víctimas?
Posterior, al hecho y ante el temor por el asedio, el niño fue sacado del municipio del sur del Huila. “El ICBF, conoce de esta situación, luego denunciamos el hecho ante la Fiscalía. Tuve que solicitar acompañamiento a un organismo nacional, para que me brindaran ayuda psicosocial, porque es una situación, que así lo vean a uno fuerte, uno se derrumba, uno se derrumba, y más que es solo un menor. Sobre todo, no prestan atención (funcionarios), pareciera que se hicieran los de la ‘vista gorda’. En el sentido de decir mire yo conozco la situación, hay que activar la ruta, que más hacemos, adonde podemos acudir. Ahora dicen desconocer este hecho”.
El declarante, es enfático en afirmar, hay que hacer un llamado al Gobierno Departamental, para que hagan efectivas las rutas de atención a víctimas. “No he contado con el acompañamiento que se debe dar en estos casos, y ya denuncie ante la Unidad de Atención y Reparación Integral a las Víctimas. Sobre todo realizar acciones puntuales para que los niños, no los recluten. La Ruta de atención, no está funcionando de manera específica, porque para poder que atendieran mi caso, tuve que recurrir a instituciones del orden nacional”.
El afectado, agregó que es importante conocer, que canales de comunicación existen, para que las víctimas de amenazas de reclutamiento forzado de menores, sepan adonde acudir, además realizar cartillas pedagógicas u otras estrategias, para que los distintos actores involucrados con los menores, conozcan cómo actuar o a quien informar ante este tipo de amenazas.
Necesita acompañamiento psicosocial
El testigo indica que las denuncias realizadas, no ofrecen resultados adecuados. “Ni siquiera tuve acompañamiento psicosocial para mí, como familiar, porque es muy duro pensar que a cualquier hora se van a llevar a mi sobrino, o él por el interés al dinero, decida irse o los puede llegar a buscar (disidentes)”.
En este sentido el declarante, invitó al gobernador del Huila, Luis Enrique Dussán, a que llegue a los territorios y escuche a las víctimas, porque los funcionarios, siempre se encuentran detrás de los escritorios.
“Nosotros pedimos ayuda, porque así no lo crean, las situaciones económicas hacen que nuestros hijos piensen en conseguir la ‘plata fácil. Este hecho ha cambiado mi vida, porque me he vuelto de mal genio, estresado, y pienso que a cualquier momento se van a llevar a mi sobrino. Es una tortura, que se vive todos los días, más cuando uno pide ayuda los funcionarios y piensan que el caso es mentira, pero es una triste realidad”, explicó el allegado.
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¡El miedo a denunciar!
Por su parte, Johana Rojas, defensora del Pueblo seccional-Huila, manifestó: “desde la entidad generamos los escenarios de advertencia, sobre situaciones de riesgo que día a día, asumen las personas en el territorio, por cuenta de los grupos armados con sus hechos victimizantes, como por ejemplo el reclutamiento forzado, desplazamiento, extorsión y normas de conducta que han querido imponer. Ha sido una situación muy compleja”.
Frente al reclutamiento forzado, está presente, pero no hay denuncias por las razones anteriores expuestas.
“Sin embargo, las comisiones intersectoriales para las respuestas a las alertas tempranas se encuentran en todos los territorios, para llamar la atención de la institucionalidad y mitigar el riesgo. No solamente el fenómeno de reclutamiento, está dándose en el territorio, sino hechos victimizantes, cuya denuncia no se produce debido al miedo generalizado, que tienen los perjudicados, a declarar contra sus victimarios y continuar en los territorios donde ellos hacen presencia”, agregó la funcionaria.
Asimismo, indica que la Defensoría, cuenta con los profesionales idóneos, para brindar apoyo a los menores y a sus familias y así determinar el grado de afectaciones sufridas a los niños que han sido reclutados.
Por lo anterior, las comunidades están solicitando el acompañamiento en los territorios del Ejército, con el fin de sentirse más seguros, por eso la gente no estaría denunciando, por el miedo a que los ‘callen’ (homicidios). “Estos grupos le han dicho a los padres de los menores, que si ellos denuncian el caso ante la Fiscalía, se los devuelven en una ‘bolsa”, narró el afectado.
Envían a los niños a otras regiones
Continuando con la voz del confidente, quien dijo: “al niño le manifestaron, que si no quería estar en el Huila, lo podían llevar al departamento del Caquetá, que allá hay varios menores provenientes de esta región”.
Asimismo, agrega que tres familias del sur del departamento, ante el temor de que sus hijos se los lleven, sacaron a cuatro niños de las cabeceras municipales y los enviaron a otras poblaciones, para así evitar que ‘caigan’ en manos de los ‘armados’.
Este fenómeno de reclutamiento de menores, se estaría presentando en los municipios de La Argentina, Oporapa, La Plata, San Agustín, Pitalito e Íquira.
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La ‘deshumanización’ de los menores
Por su parte, Julio Jaime Salas, psicólogo y docente señala que esta compleja situación, modifica el sistema de creencias de los niños, porque allí entiende que la forma de relacionarse con otros, de ascender socialmente y de identificarse, es a través de las armas. “Al mismo tiempo cambia la dinámica emocional, debido a que uno de los elementos que logra este proceso de ‘seducción’, es cambiar la estructura psico-afectiva, que implica, su ‘deshumanización’ de a poco. Y este proceso de reclutamiento, viene con pruebas, ¿sobre cómo usar y contra quién usar las armas de fuego?”.
Hace unos años los grupos armados, tenían proyectos políticos-ideológicos. Y ahora las disidencias, al parecer no cuentan con un plan, solo se orientan hacía un sistema de acumulación y riqueza, de mejorar sus condiciones de vida de manera ‘fácil’. Por esto ofrecen poder y dinero a los niños de escasos recursos.
