Hemos sido reiterativos desde esta tribuna de opinión, que en el marco del conflicto armado que está viviendo el país, el cual se ha venido incrementando desde la posesión del presidente del gobierno del cambio, el reclutamiento de menores por parte de las organizaciones narcoterroristas, es uno de los delitos abominables contra estos seres indefensos. Ellos viven los procesos de formación infantil para llegar a la adolescencia y que, de manera imprevista, son raptados por estas personas desadaptadas e irracionales para convertirlos en instrumentos de guerra. Dentro de los múltiples actos delincuenciales que se han venido cometiendo desde hace más de cinco décadas por parte de los grupos subversivos en el país, es el reclutamiento forzado de menores de edad, que han afectado a miles de familias colombianas, porque han perdido a sus hijos que han sido raptados por estos criminales. Los están utilizando para fortalecer sus estructuras criminales. Recordemos que, durante la implementación del Acuerdo Renegociado de Paz, hemos podido conocer el fondo verdadero de esta cruda realidad que ha venido soportando la sociedad colombiana. Después de años y años de conflicto, de arrogancia, de discursos testarudos e irreflexivos, los líderes de las extintas Farc están reconociendo su error. Mostrando esperanzadoras señales de reflexión, varios miembros del viejo secretariado de las Farc decidieron cambiar de discurso. Pese a que en varias ocasiones los líderes del partido FARC han hecho declaraciones negando el reclutamiento forzado de menores de edad, los abortos forzados y justificando con artilugios retóricos el secuestro.
Durante los últimos dos años, las autoridades han venido denunciando el reclutamiento forzado de niños en algunas zonas rurales de los municipios huilenses, que tienen muy preocupados a las familias por el recrudecimiento de la violencia y la presencia de algunas organizaciones narcoterroristas, que se pavonean libremente con la anuencia del gobierno nacional, por sus territorios, Inclusive están utilizando las redes sociales para hacerles la invitación a las nuevas generaciones para se incorporen a estas filas delincuenciales. Están utilizando la tecnología para sus fines terroristas.
Así lo reflejan las estadísticas publicadas por la Defensoría del Pueblo recientemente. Le solicitan al gobierno nacional para que incorporen este tema, en las agendas de los diálogos de paz, que ha venido impulsando el gobierno nacional, en la búsqueda de la paz total. Hasta los cabildos indígenas se encuentran preocupados por el reclutamiento forzado de los menores de edad para ser vinculados a las organizaciones narcoterroristas. Inclusive los llevan al suicidio. Todos sabemos que este sistema, ha sido aprovechado por estas organizaciones criminales para seguir fortaleciéndose militarmente. La realidad es igual en otros territorios. Los menores de edad son sujetos titulares de derechos y por ende deben recibir protección integral por parte del Estado, la familia y la sociedad. No queremos más niños reclutados para la guerra. Es algo absurdo. Son las futuras generaciones.
