Ni los constantes llamados para la prevención y el autocuidado, ni la resolución 777 del Ministerio de Salud, que reglamenta la reapertura del país, y mucho menos los esfuerzos por generar una noción de normalidad en la ciudad, han sido suficientes para aplacar el avance del covid-19 en Bogotá, que sigue teniendo a los hospitales capitalinos contra las cuerdas.
Así lo reconoció Herman Bayona, presidente del Colegio Médico de Bogotá, durante una entrevista concedida a Blu Radio, en la señaló que la red de unidades de cuidados intensivos (UCI) de los hospitales de la ciudad está efectivamente colapsada. Valga recordar que, de acuerdo con la plataforma Saludata, la capital tiene niveles de ocupación del 95 por ciento en el panorama general y del 97 por ciento en el caso de las camas dedicadas a pacientes contagiados con el virus. Este último dato hace referencia a 2.194 plazas ocupadas de 2.261 habilitadas.
No obstante, el médico afirma que esas cifras no son suficientes para pintar un panorama completo. “En este momento hay 542 personas esperando una cama de cuidados intensivos en Bogotá, el sistema de urgencias está en un 270 %. La mayoría de los hospitales están utilizando zona de urgencias, salones de cirugía y de recuperación para ocuparlo con pacientes con COVID-19 que requieren de un ventilador”, explicó a la emisora.
La problemática también se ve reflejada, según dijo, en el servicio de ambulancias, que está tardando hasta 72 horas en confirmar el transporte para un paciente, desde su hogar hasta cualquier hospital de la ciudad.
Dicho esto, advirtió que parte de la culpa la tiene la medida de reapertura económica decretada no sólo para Bogotá sino para todo el país desde el pasado 8 de junio, exactamente 15 días antes de la publicación de esta nota. “Cómo es posible que no entendamos, nos estamos muriendo. Están reportando diariamente la pérdida de 600 vidas y tenemos toda la ciudad abierta”, señaló.
En ese sentido, hizo un llamado para que las autoridades sanitarias de la capital colombiana decreten nuevamente la emergencia sanitaria y retomen varias otras medidas como los cierres focalizados de los barrios que más contagios demuestren o el control de aforos sobre el sistema de transporte público.
Tales opciones, sin embargo, parecen muy lejanas. Después de todo el propio ministro de Salud y Protección Social, Fernando Ruiz, señaló el lunes pasado que, “no tiene sentido cerrar el país cuando el efecto en UCI está causado”. Igualmente, el alto funcionario manifestó que, “las personas que fueron afectadas ya están en UCI y estamos viendo signos de manera lenta de reducción de demanda de camas en ciudades principales, lo cual es un indicador temprano que se experimenta una reducción, una baja larga teniendo en cuenta que las muertes se dan tres o cuatro semanas después”.
No obstante, hay que señalar que el número de contagios por covid-19 en Bogotá no da señas de descender. Este miércoles 23 de junio, por ejemplo, se registraron 9.353 nuevos casos; ayer fueron 7.834, el lunes 7.584, el domingo 9.792 y el sábado 11.730. Con todo, la capital colombiana completa, desde el inicio de la pandemia, un total de 1.182.399 ciudadanos infectados con el virus. De ellos, por lo menos 86.566 están activos y 22.270 han terminado en fallecimientos.
En contraste, la vacunación con corte al 22 de junio avanzaba con 3.077.074 dosis aplicadas, de las cuales sólo 1.015.205 corresponden a segundas posturas.