Desde hace dos años hemos venido siendo reiterativos desde esta tribuna de opinión que el panorama de las finanzas públicas nacionales y de los entes territoriales presentan una incertidumbre por las medidas incoherentes adoptadas por el gobierno nacional, porque no medían las consecuencias adversas que iban a tener por la reducción de los recaudos tributarios de la Nación y que amenazan seriamente el futuro de la inversión pública y el normal funcionamiento de la administración pública. Al principio, nos llovieron rayos y centellas por los juicios de valor que expresábamos en estas líneas. Pero, desafortunamente, la reforma tributaria presentada al siguiente día de la posesión del actual primer mandatario de los colombianos, la decisión de subir durante 15 meses sucesivos el precio del galón de la gasolina, y la suspensión abrupta de la exploración y explotación de hidrocarburos en el territorio colombianos, necesariamente generaban un impacto negativo en los ingresos tributarios y por consiguiente, afectaban negativamente el gasto social del país.
Por tal motivo, el proyecto bianual de las transferencias por concepto de regalías, a los entes los territoriales para las vigencias 2025-2026, presentan una reducción significativa. El destacado columnista de esta tribuna de opinión, economista Carlos Yepes Amézquita, recientemente en su columna de opinión, expresa que el Huila enfrentará una reducción de 29.7% en las asignaciones directas, lo que implica una pérdida de aproximadamente $53,461 millones en recursos esenciales. Este ajuste afectará gravemente la capacidad de inversión del departamento, limitando su habilidad para dar continuidad a proyectos de gran impacto y retrasando iniciativas que son fundamentales para el progreso y bienestar de sus habitantes.
El destacado Senador huilense Carlos Julio González Villa, ha estado reuniéndose con las autoridades económicas del gobierno nacional, a través de mesas de trabajo, donde ha llevado la palabra de todos los alcaldes del departamento y del gobernador del Huila, para que se revise esa decisión, que necesariamente va a afectar la inversión pública y por ende, la calidad de vida de la sociedad huilense.
Y como si fuera poco, el gobierno nacional ha sido irracional en el manejo del gasto público. Los analistas afirman que, a pesar de la baja ejecución del Gobierno, el gasto está creciendo 22% mientras los ingresos sólo aumentan 4%, así no hay cuentas que cuadren. Es verdaderamente preocupante que el gasto del Gobierno se haya aumentado de manera tan desproporcionada cuando paradójicamente la ejecución se ha mostrado tan pobre. ¿En qué se la están gastando? Al parecer, en el pago de deuda y funcionamiento. Se debe apretar el cinturón. Cada día las promesas de subsidios se van desboronando. Hay que ser realistas. Deben ser menos botaratas. No pueden ser un tonel sin fondo. Debe existir urgentemente un recorte del gasto público. Lo anterior no es un juego. Es en serio.