Muy preocupantes son las estadísticas proferidas por el Ministerio de Educación Nacional sobre la reducción de estudiantes matriculados en las universidades públicas en la anterior vigencia, frente al 2022.Pese al foco del Gobierno en incrementar las matrículas en las universidades públicas, expertos insisten en que las cifras muestran retrocesos en el sector oficial. Sin embargo, al analizar en detalle por nivel de formación, se evidencia que realmente se presentó una caída en las matrículas de pregrado (carreras profesionales, técnicas y tecnológicas) y que las que presentaron un verdadero aumento fueron las de los posgrados (especializaciones, maestrías y doctorado). Del informe presentado por el Snies, tal vez uno de los datos que más llama la atención es que las IES públicas presentaron una caída en su matrícula, pasando de 1’341.339 estudiantes en 2022 a 1’333.971 el año pasado, es decir, 7.368 estudiantes menos. Por el contrario, el incremento en las matrículas totales se vio jalonado por las instituciones privadas, que pasaron de 1’124.889 a 1’141.862 estudiantes.
De nada sirvieron las cifras optimistas que presentó la anterior ministra de Educación Nacional, Aurora Vergara quien, de manera reiterada ante las diferentes ruedas de prensa con los medios de comunicación, donde afirmaba que se habían creado 64 mil cupos nuevos, mientras el Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (Snies), del Ministerio de Educación expresaron lo contrario. Existen varias expresiones de expertos sobre las causas que han provocado esta crisis. Los hechos de violencia ocurridos en algunas universidades públicas durante el famoso estallido social, donde estos establecimientos se convirtieron en los centros de las actuaciones delincuenciales que se presentaron, porque desde allí empezaban las marchas que terminaban en la destrucción de algunos centros comerciales y bancarios, junto con la quema de vehículos particulares, buses, infraestructura productiva, asesinatos, heridos y secuestros, entre otros hechos ilícitos, que generaron unos ambientes e imágenes nefastos ante la opinión pública, entre los que se encuentran los padres de familia.
Estas familias, han tomado la decisión de no matricular a sus hijos en estas universidades, para que no se conviertan en instrumentos de guerra en medio de este creciente conflicto armado. Este panorama se refleja en las matrículas para el segundo semestre en algunas universidades públicas, donde el número de estudiantes matriculados se redujeron ostensiblemente, cuando en otrora, las inscripciones superaban en un centenar de cupos en cada uno de los programas ofrecidos, cuando solo se reciben en promedio 40 matriculados. Y en otras carreras no hubo posibilidad de ofertar por falta de estudiantes. Otro factor es la creciente crisis social y económica que están presentando las familias colombianas. Cuando terminan su bachillerato se ven obligados a empezar a laborar, en el sector informal de la economía para contribuir con el sustento de sus unidades hogareñas. Existen otras causas.
