La Comisión Séptima de la Cámara rechazó su archivo. Primera Dama y cinco ministros empujan el proyecto.
Se decidió darle continuidad al debate que defina el futuro de la reforma bajo los constantes llamados del presidente Gustavo Petro a salir a la calle para implementar la controvertida reforma de salud. La ponencia para hundir el debate se rechazó por 17 votos contra 4. Esto revivió la iniciativa. «Estoy muy agradecido con Séptima Comisión por negarse a rechazar el archivo sobre la reforma», dijo el presidente Petro, en trino, después de la votación.
Pero a la reunión que dio lugar después de un martes fragmentado, le siguió un día duro y sin avances, con invitaciones clandestinas del abogado Enrique Gómez, la presencia inusual de la primera dama Verónica Alcocer y un desayuno al cual nadie asistió en Casa de Nariño. Sin embargo, el futuro de la reforma estaba en juego, especialmente después del punto de intransigencia entre el gobierno y los partidos Liberal y Conservador.
La respuesta de Petro de que “no se pueden aceptar la totalidad de las propuestas porque nos devuelven a un mundo donde el dinero público es manejado por privados que hacen negocio con él y con la salud” refleja esas diferencias irreconciliables, que giran en torno a tres puntos principales: la atención primaria en salud, la transición de las entidades promotoras de salud EPS y el manejo de recursos.
Muestra que sin lugar a dudas dicha reforma a la salud se convirtió en la punta de lanza del autoproclamado gobierno del cambio y se ha valido hasta de sacar del gabinete a una voz incómoda para esto como la de Alejandro Gaviria, así como de armar una ‘primera línea ministerial’ en defensa de la ministra Carolina Corcho en lo que se ha convertido coloquialmente hablando en una cruzada legislativa.
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Por eso, entre martes y miércoles, en el Congreso han estado presentes en los debates las ministras más cercanas a Petro: Gloria Ramírez, de Trabajo; Catalina Velasco, de Vivienda; e Irene Vélez, de Minas. Jefas de carteras con fines, al menos, lejanos al de salud.
En este debate también participó la Primera Dama Verónica Alcocer. Sin embargo, no es la primera vez que visita la Comisión séptima, según confirmó Alfredo Mondragón del pacto histórico. Esto visibilizaría posibles afirmaciones de que se ofrecieron trámites burocráticos en el Congreso a cambio de apoyo para esta reforma. Un escenario que revive los viejos fantasmas de diputados y ministros condenados por involucrarse en estas actividades.
“Manda un mensaje sobre la politización de la reforma. Manda un mensaje claro de que la justicia no se guía por la tecnología”, dijo Iván Jiménez, profesor del Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana.
A propósito de las visitas de la primera dama de los colombianos al recinto donde se discute dicho proyecto y su viabilidad para Patricia Muñoz, jefa de la carrera política de la Javeriana, este rol de primera dama “es como vimos a Verónica Alcocer muy cerca del proceso político, por su rol enfocado en temas de política social”.
Sin más preámbulos, la reforma superó por poco el primer escollo de la carrera legislativa, que requiere aun la discusión de dos ponencias y la votación a 139 artículos. De este rifirrafe no queda más que el estar atento y como lo dijo el congresista Mondragón: «Es como un partido de fútbol, no sabes el marcador hasta que termina».